Reconocer el valor de la diversidad y reconocer la libertad de la identidad

Es un ejemplo para todos los pueblos del mundo, digno de imitar para suprimir las brechas entre las diversidades étnicas.Recordemos que una de las posibles causa de una tercera guerra mundial puede ser por el antagonismo entre sectores étnicos y por ende "estructuras mentales diversas".

Proceso de Cambio Excluyente de las minorías étnicas Responsabilidad histórica deliberada
por Bernardo R. Valdivia BaldomarEconomista - Internacionalista


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Con el transcurso del tiempo, y gracias a los sermones de un cura tercermundista, mi tía se fue liberando de sus prejuicios raciales y empezó a entender que el hombre negro no era un castigo divino, ni un ser llegado de las catacumbas del infierno, sino un individuo como cualquier otro, con los mismos derechos y las mismas responsabilidades.Víctor Montoya
Los afrodescendientes, afroamericanos, afrobolivianos y/o afroandinos que viven en Bolivia tienen una dolorosa historia que se inicia en 1549 se los hacía trabajar masivamente en el Cerro Rico de Potosí, 500 mil africanos traídos a la audiencia de Charcas por ultramar de Benin, Congo, Angola o Macondo, Benguela y Biafra, la esclavitud en Bolivia fue abolida recién en 1951, caracterizada por la mayor expresión de genocidio y discriminación mundiales, aún discriminada como historia.
Los afros a diferencia de los indígenas, se les asigno las actividades de hornazas y en la laminación de la plata, “Así, los invasores se aseguraban contra fugas y robos. Los morenos ingresaban a un área en la que ya no verían la luz del sol y respirarían los vapores tóxicos del azogue (mercurio). Ello, sumado al frío de los 4.000 metros que por lo alto los separaban de sus costas tropicales, a una dieta de residuos y coca”. Después de la reventa a las haciendas yungueñas, ya que el sistema de cultivo de coca, café, cítricos y otras especies era importante, al igual que la explotación de la plata en Potosí. Es así que, fueron las haciendas yungueñas donde trabajaban en calidad de esclavos/as, mayordomos, cocineras, amas de llaves y amas de leche (niñeras), hasta la Reforma Agraria de 1952.
Desde ese momento, su situación económica se equipara a la de cualquier jornalero indígena, ya que en las haciendas yungueñas convivían en similares condiciones afros y aymaras. Esta convivencia produjo un interesante sincretismo, que se reflejó en aspectos de la vida cotidiana como la vestimenta y el peinado de las mujeres, así como en la mentalidad mágica religiosa, mezcla de creencias ancestrales de origen africano y andino con fuerte influencia del catolicismo; sincretismo cultural tal que se mantiene en la actualidad en varias comunidades yungueñas, especialmente en las viejas generaciones.

Se aclara también, “En Chijchipa se recibía en las fiestas al Rey Afro Bonifacio. El monarca repartía entre la gente monedas, mientras grupos de niños ayudaban a que no se le ensuciara la capa. La fotografía de Bonifacio adornaba hasta 1982 la alcaldía de Coroico. Un día fue hurtada para siempre. Hoy vive en Chijchipa Julio Pinedo, nieto del último Rey Afroboliviano”
“La herencia suma a Jorge Medina (fundación Cadidi – Centro de Afrodescendientes) y Marta Inofuentes (Mocusabol – Movimiento Saya Afrocultural); tocan cajas, chancha, cascabel, jokaña que suenan como sus pares en el continente que está frente a las playas de Brasil. Y, por supuesto, bailan saya y cantan melodías como el mauchi, el tundiqui o la tuntuna. Algunos otros aún construyen una que otra casa cuyo entretejido se parece a las del África rural”.
La lucha por la identidad por décadas no ha sido fácil, para esta minoría, hay pocos ancianos y varios se cerraron voluntariamente a recordar los valores de otros tiempos. Las nuevas generaciones emigran buscando otras tierras en busca de profesión y mejores condiciones y se desarraigan. “Muchos se convirtieron en futbolistas, militares, médicos e ingenieros; no se cuenta con historiadores o antropólogos. Por su parte, el Estado no deja de ser indiferente y agresivo para in visibilizarlos, pese a que presenta frecuentemente a las comunidades afro como atractivo turístico”
La información que se cuenta, establece que los censos han ignorado contar específicamente a la población afro como a los mestizos. Lo lamentable es que en la propia Asamblea Constituyente, no quiso firmar un documento en el que se reconoce el aporte cultural y económico afro a la nación boliviana. Incluso un asambleísta del MAS expresó despectivamente que el folklore de los morenos de Yungas “es una musiquita”.
Una Directora de Reforma Educativa afirmo que “Son un pueblo sin cultura”, cuando se demandaba tareas de inclusión. “La intención de la comunidad afro radica en incluir su historia en los contenidos educativos, especialmente en los establecimientos de su región”.
También se ha denunciado que un “Diputado suplente por el MAS, Cirio Quiste, representante no afro de Chicaloma, adelantó aceleradamente una gestión singular: el anteproyecto de ley para que se declare patrimonio de esa comunidad a la “saya afroaymara”. El trámite pasó por las dos cámaras del Congreso y recibió el visto bueno de siete prefecturas, excepto La Paz y Santa Cruz. La aprobación final implicaría violentar la raíz afro más preservada, una estocada virtualmente letal a esta cultura”

El proceso largo a la identidad, “..Los activistas morenos iniciaron una ofensiva legal, cultural y académica que frenó en el límite la infundada iniciativa de Quispe. Un voluminoso legajo documental, respaldado por los historiadores Fernando Cajías y Mario Montaño, se opuso a las escasas páginas que propugnaban la “saya afroaymara”, la bancada masista en pleno, reunida con los activistas afrobolivianos, se comprometió a dejar sin efecto el anteproyecto de ley”

Nos comentan también, “Las cajas y cascabeles así como la saya celebraron en puertas del Congreso y el eco, sin duda, suena hoy en el trópico yungueño. Mientras, Juan continúa buscando sus raíces. Esas que lo han llevado a Europa, a las tres Américas. Y allí donde, tras leer su nombre en el pasaporte a Juan Angola Maconde, lo llamaron “nuestro pariente deportado”: África.”
Una muestra mas de la instrumentalización de la Asamblea Constituyente, lo sucedido con los afrodecendientes es digno de recordar el Manifiesto Afrodecendiente del 6 de Abril de 2006, donde se expresa la molestia por haber sido “objeto de burla, discriminación, y marginación”, al haber sido borrados arbitrariamente de las listas para participar en la Asamblea Constituyente por diferentes circunscripciones que históricamente corresponde, por decisiones de conveniencia partidaria del MAS, efectuada al cierre de las inscripciones en la Coste Nacional Electoral, “cambiaron los nombres de nuestros postulantes por persona no afros quiénes no nos representan, no conocen nuestra realidad, peor nuestras propuestas”.
Parte de la Propuestas del pueblo afroboliviano para la asamblea constituyente titulada “mas de 500 años nos dan derechos”:
Bolivia una nación de naciones sin exclusión ni discriminación.
Reconocimiento jurídico como pueblo y etnia afro por el Estado Boliviano
Garanticen explícitamente la no discriminación
Explicitar bajo qué jurisdicciones se sancionará la violación de derechos de las personas.
Régimen social equitativo, sobre todo eliminando las desigualdades de género.
La salud y a la seguridad social debe necesariamente contemplar el tema de calidad en salud y la obligatoriedad de su aplicación prioritaria al área rural y a los grupos y poblaciones tradicionalmente excluidos y discriminados, entre ellos a la población afroboliviana.
El pueblo afroboliviano plantea el reconocimiento de los Yugas como su territorio histórico
Ley que penalice todo acto de discriminación racial y de género
La protección de nuestros usos, costumbres y tradiciones de características afrobolivianas
Distribución equitativa de tierras a favor de los/as más necesitados/as y de las minorías, que han sido desprotegidas desde siempre por el Estado Nacional.
Análisis de las características ambientales y ecológicas de las zonas turísticas para su posterior promoción.
En el Proyecto de Constitución Política del Estado, hace referencia a los derechos de los afrobolivianos en el Art. 32, “El Pueblo afroboliviano goza, en todo lo que corresponde a los derechos, económicos, sociales, políticos y culturales reconocidos en la Constitución para las naciones y pueblos indígenas originarios campesinos”.
En marzo de este año, se ha aprobado en la Cámara de Diputados la Ley que reconoce jurídicamente al pueblo afrodescendiente, en el marco de la Constitución Política vigente, se reconoce todos los derechos y garantías y obligaciones, reconoce al Pueblo afrodescendiente de Bolivia derecho de reforzar sus instituciones, usos, costumbres, identidad, valores y lenguas, ejercer funciones de administración, aplicación de normas propias de acuerdo a usos, costumbre y procedimientos concordantes con la CPE y leyes vigentes, y se declara la Saya afroboliviana como patrimonio cultural de Bolivia. Siendo reiterativo y enunciativo en el marco del derecho positivo que no cambia sustancial y tangiblemente la realidad de la comunidad afro.
Es importante y vital para la democracia el reconocimiento de los pueblos independientemente de su número, la época de la Colonización, de la Republica y los cambios que se generaron, fueron importantes para profundizar la Democracia y el ejercicio pleno de la ciudadanía, sin considerar ningún tipo de discriminación o exclusión, constituye el reto más importante en el momento actual y futuro.
Si partimos de esta premisa, podemos afirmar que todo los pueblos o naciones tienen que tener los mismos derechos y obligaciones, tanto colectivas como individuales, en Bolivia así como los Afrobolivianos, guardando las diferencias, los procesos de sincretismo cultural, las condiciones y lugar que ocupan en proceso de producción, es necesario reconocer a los Colonias Menonitas, a las Colonias Japonesas, a la Comunidad Árabe, a la Comunidad Servia, a la Comunidad Croata, a la Comunidad Alemana y a los hispano bolivianos, a todos los que forman este mestizaje. Lo importante es generar condiciones de desarrollo económico para que permita, que todos los bolivianos tengan las mismas oportunidades para desarrollar sus facultades, siendo la capacidad ¡cual fuese!, sea el elemento de validación competitiva. Introducir categorías raciales como diferenciadores y denigradores traídos arbitrariamente desde la historia o la antropología permitirá abrir una puesta enorme a un gran conflicto y la confrontación que será difícil de cerrar. Reconocer el valor de la diversidad y reconocer la libertad de la identidad y pertenencia permite proyectar la Paz.