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Antigua Asia Menor. Ver mapa más grande

Asia Menor. Península de Asia occidental, situada entre el mar Negro y el Mediterráneo, llamada antiguamente Anatolia. Por el E su estructura alcanza hasta el Éufrates; su litoral O es vecino del archipiélago Egeo y al NO la separan de Europa los Dardanelos, el mar de Mármara y el Bósforo. Tiene 750 000 km2 y forma una vasta meseta de 600 a 1 000 m de altura con zonas montañosas al N y al S. Políticamente pertenece a Turquía.
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Welcome to Twig QUMRÁN: "! Bienvenido a QUMRÁN.Orar a Alah, Yahvé Jehová,por el respeto por las diferencias y la paz en el mundo. Por la misericordia bondad de Dios y fe..“Un gran hombre demuestra su grandeza por el modo en que trata a los que son o tienen menos que él”..¡.. "Creemos en el diálogo, paciente, verdadero, razonable: diálogo para la búsqueda de la paz, y también para evitar los abismos que dividen culturas y pueblos y que preparan graves conflictos"Asìs.Es evidente que, impresionantes números de personas mueren repetidamente cuando depositan su confianza en mentiras y mentirosos. Y casi siempre los mentirosos en el poder se encuentran en situaciones difíciles como consecuencia de su gran caso omiso de los hechos,Laura Knight-Jadczyk Somos una fuente de información con formato y estilo diferente 2010. El siervo de Cristo no lo es por propia iniciativa, sino por elección de Jesús.

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Valle De Los Reyes, Egipto

miércoles, julio 09, 2008

En la historia de la Iglesia los personajes más cercanos a Jesús

Las primeras personas que tomaron parte en la vida de Jesús son las que conocemos como santo; los Ángeles y los profetas anunciaron su llegada, Maria le dio a luz, y los que mantuvieron con el una relación cercana durante su vida entregaron sus corazones a sus enseñanzas. La gente y los acontecimientos que rodearon la vida de Jesús se han santificado; aquellos que estuvieron cerca de el fueron bendecidos por reconocer su divinidad y tomar parte de su amor y sabiduría durante su vida. Un gran número de profetas había dirigido sus palabras al pueblo hebreo durante los ciento de años que precedieron el nacimiento de Jesús: Isaías, Jeremías, Ezequiel y Daniel, grandes profetas de tiempos pasados, habían anunciado su nacimiento. Juan El Bautista, profeta que vivió en la época de Jesús, se dirigió fervorosamente a grandes multitudes, preparando el camino para Jesús y proclamando a los cuatro vientos que “el Rey de los cielos está cerca”. Todos los profetas sabían en lo más profundo de su corazón que con la llegada de Cristo comenzaría una gran revolución. Maria, la Virgen bendecida, y José, el carpintero, fueron los que trajeron a Jesús a este mundo Isabel y Zacarías fueron los padres de Juan el Bautista, que fue quien le bautizó. Todos estos santos nos hablan del amor paternal, de la devoción y de la confianza; representan la perfección y el aspecto más sublime de la fe: un corazón entregado. Con una gran carga de humildad, se ocuparon del chiquillo inocente que iba a convertirse en el nuevo Mesías. Maria Magdalena, la amiga y seguidora de Jesús, el Maestro. Maria Magdalena fue bendecida como discípula y santa, al ser la primera persona ante la que Cristo resucitado se apareció. Según la leyenda, fue ella que ungió de forma simbólica los pies de su Maestro, llevando a cabo un antiguo rito mediante el cual la bendición descendió sobre ella y prendió la llama de la devoción. SANTA MARIA, MADRE DE DIOS Quizás la más amada de todos los santos y santas, Maria, o Miriam, representa el amor y la devoción de aquellos que buscan el consuelo y la salvación a través de la Iglesia. De joven vivió en Nazaret, y fue prometida a un hombre que respondía al nombre de José. Un día se asustó al tener una visión del ángel Gabriel, quien se le apareció a la voz de: “¡Salve! El Señor esta contigo”. “Maria, no te asustes por ser escogida en el seno de Dios. He aquí que concebirás en tus entrañas y darás a luz a un niño al que deberás llamar Jesús. Será egregio, y será conocido como el Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le otorgará el trono de David, su padre, y tendrá el poder en la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.” Maria, que aún era virgen, contestó al ángel: “¿Cómo puede producirse todo esto, si no tengo relaciones con ningún hombre?”. El ángel contestó que el Espíritu Santo, en gran e insondable misterio, le haría concebir un niño, y este niño sería conocido como el hijo de Dios. SANTA ISABEL Gabriel le dijo a María que Isabel, su prima, a la que consideraban estéril, también había concebido un hijo, explicando así que no hay nada imposible para Dios. Después de que Gabriel la dejara, María fue a visitar a Isabel, y la encontró en el sexto mes de un embarazo completamente milagroso. Cuando María entró en la habitación, el niño que Isabel llevaba en sus entrañas saltó de alegría, e Isabel se vio inundada por el Espíritu Santo. “Bendita tú eres entre todas las mujeres – le dijo a Maria – y bendito es el fruto de tu vientre. Y, ¿de dónde a mí tanto bien que venga la madre de mi Señor a visitarme?”. El embarazo de Isabel fue sorprendente. Cuando Isabel se dio cuenta de que estaba embarazada, su esposo no dijo nada. Él era sacerdote, y había estado cumpliendo con su deber en el templo cuando Gabriel se le apareció y le saludó con la noticia de que él y su esposa iban a ser padres. Zacarías estaba aterrorizado, y le pidió una señal, a lo que Gabriel le respondió que se quedaría sin voz hasta que los acontecimientos que había predicho se produjeran; Zacarías se quedo mudo y no pudo explicarle nada a su esposa. SAN JUAN EL BAUTISTA El niño que nació en el seno de la familia formada por Zacarías e Isabel es conocido por todos nosotros como Juan el Bautista; fue el último de los profetas. Cuando era joven, Juan vivió como ermitaño en el desierto de Judea y, cuando rondaba la treintena, comenzó a predicar a orillas del rió Jordán contra los males existentes en aquel tiempo; animo a la gente a hacer penitencia y a bautizarse, diciendo que “el Rey de los Cielos esta cerca”. Un día, Jesús se acerco a Juan; al reconocerle como el Salvador que había estado anunciando, Juan le bautizo, diciendo: “Soy yo el que necesita ser bautizado por ti”. A continuación, se dirigió a Jesús como el “cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”, y le reconoció como el Mesías. Juan inspiro a muchos de sus propios seguidores para que estos siguieran a Jesús. Temeroso del gran poder de Juan, Herodes Antipas le había y encarcelado en una fortaleza en el Mar Muerto; Juan había denunciado el matrimonio incestuoso de Herodes con Herodías, y fue decapitado como venganza a petición de Salome, hija de Herodías, que pidió su cabeza a cambio de bailar para Herodes. SANTA MARÍA MAGDALENA María Magdalena es también conocida “la penitente” debido a una historia que aparece en el Evangelio de Lucas que más tarde se le atribuyó: cuando Jesús fue a cenar a casa de un hombre poderoso, ella entró e inclinándose hacia sus pies, los lavó con sus lágrimas; seguidamente, los secó con su larga cabellera y los ungió con óleo. Jesús le dijo. “Tu fe te ha salvado; ve en paz”. María se dedico a servir a Jesús, y se mantuvo a los pies de la cruz cuando éste fue crucificado. Después de que el cuerpo de Jesús hubiera sido depositado en la tumba, María se dirigió a ella para ungirlo con especias, pero, al encontrar el cuerpo, comenzó a llorar; fue entonces cuando vio a alguien que le pareció ser el jardinero, y le pregunto si sabía dónde habían llevado el cuerpo de su amado Maestro. El extraño hablo en un tono de voz que ella conocía bien, y reconoció a Jesús, resucitadote la muerte. La leyenda cuenta que años después, María fue introducida en una barca sin vela ni remos con otros amigos cercanos a Jesús, que fueron enviados a la deriva allende los mares, llegando finalmente a la costa sur de Francia, donde María Magdalena pasó el resto de su vida meditando. Se dice que los Ángeles la alimentaban.

En la historia de la Iglesia los doce hombres de Jesús

Los apóstoles son los doce hombres con los que Jesús estableció una estrecha relación y a los que eligió para instruirlos con mayor minuciosidad. Les trató como hermanos y les preparó para enviarles a lo largo y ancho del mundo, llevando con ellos su mensaje (el término griego apostolos significa “uno que es enviado”).
A excepción de Mateo, que era recaudador de impuestos, estos hombres no tuvieron formación alguna; la mayoría eran pescadores, y durante el tiempo que pasaron con Jesús, muchas veces eran incapaces de comprender el significado de sus enseñanzas. Sin embargo, le seguían a todas partes, con sus corazones abiertos de par en par gracias a su amor y sus mentes clarividentes por la devoción que sentía hacia él.
Jesús ahogaba su escepticismo con pequeños milagros y palabras llenas de sabiduría; cuando más amor iban albergando, iban participando en acontecimientos extraordinarios: escuchaban los sermones de Jesús, veían cómo curaba a los enfermos y trataban de comprender cuando Jesús hablaba a los curiosos sobre las parábolas. Junto con otros seguidores, los apóstoles fueron testigos de señales milagrosas de su presencia divina, y estuvieron presentes durante su Sermón de la Montaña, cuando habló de las bendiciones que aguardaban a aquellos que le siguieran.
Los doce apóstoles de Jesús fueron:
Simón, llamado Pedro, “la piedra”
Andrés, hermano de Pedro
Juan, hermano de Pedro
Juan, el hijo de Zebedeo
Santiago el Mayor (Jacob), o “el de Zebedeo”, hermano de Juan
Felipe
Mateo, llamado a veces Leví
Bartolomé
Tomás, también conocido como Dídimo o “el gemelo”
Santiago el Menor (Jacob), o “el de Alfeo”, hermano de Judas
Judas Tadeo, también conocido como Lebeo
Simón el Cananeo, llamado a veces “Simón el Zelote”
Judas Iscariote.
El ultimo de ellos, Judas Iscariote, traicionó a Jesús justo antes de su muerte, y se ahorco por este sentimiento de culpabilidad entes de que Cristo resucitara. Los apóstoles restantes decidieron que el puesto de Judas fuera ocupado por Matías.
En los tiempos primigenios de la cristiandad, todos los discípulos de Jesús eran llamados “santos”, y se le atribuyen el hecho de imbuir el cristianismo en las diversas iglesias primitivas.
SAN PEDRO
Un pescador conocido por el nombre de Simón fue bautizado como pedro (“la piedra”) por Jesús, cuando éste dijo:”sobre esta piedra edificaré mi iglesia”; Pedro es conocido frecuentemente con el sobrenombre de Príncipe de los Apóstoles. En la Última cena, Jesús dijo que Pedro renegaría de él, ya que tras ser arrestado, un atemorizado Pedro juró hasta en tres ocasiones no conoce a ningún Jesús. Pedro fue perdonado más tarde.
Una conocida historia cuenta como San pedro estaba pescando cuando se levantó una tormenta, y a su altura apreció Jesús, de pie sobre el mar, y le dijo se acercara. Pedro salió de la barca y comenzó a andar; tras unos breves instantes, se dio cuenta de lo que estaba haciendo y, tan pronto como la duda le invadió, se hundió. Jesús le sacó.
En el epílogo de su vida, Pedro fue encarcelado por el rey Herodes Agripa. Una noche se fue a dormir, y soñó que su celda estaba inundada de luz; llegó un ángel y le condujo fuera. Cuando las puertas se abrieron milagrosamente, pasó junto a unos guardias que no pudieron verle. Pedro estaba convencido de que soñaba, pero una vez fuera de los muros de la prisión se dio cuenta de que no había sido un sueño.
SAN ANDRÉS
Andrés, el hermano de Pedro, también era pescador. Un día, dejó sus redes y caminó durante kilómetros en busca del profeta Juan el Bautista, que se encontraba predicando en el rió Jordán. Fue bautizado por este carismático personaje. Se encontraba entre la multitud cuando Jesús se acercó y Juan el Bautista lo reconoció como el Mesías. Tras el bautizo de Jesús, Andrés corrió tras él, deseoso de conocer y aprender más de este hombre.
Más tarde llevó a su hermano Pedro a conocer a Jesús, Junto a Pedro y a su primo Juan, Andrés acompaño a Jesús y a su madre a la celebración de una boda en Canaán; allí, fueron testigos de cómo Jesús convirtió el agua en vino. Tras la fiesta, Jesús les dijo: “Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres”. Una vez convertido en discípulo, fue Andrés quien, frente a cinco mil personas, encontró a un chiquillo cuyo raquíticos peces permitieron milagrosamente a Jesús alimentar a todos allí presentes.
Se dice que fue crucificado en un tipo de cruz llamada cruz decussata (cruz con forma de “x”) y conocida comúnmente como “cruz de San Andrés”.
SAN SANTIAGO EL MAYOR
Jacob era conocido como Santiago el Mayor para diferenciarle del otro Jacob, el hijo de Alfeo, conocido como Santiago el Menor. Un día, el y su hermano Juan se sentaron a zurcir sus redes llenas de peces y a continuaciones alejaban de ellas con una palabra de Jesús; éste, acercándose a Santiago y Juan, les retó a hacer lo mismo que sus amigos, e impulsivamente Santiago y Juan dejaron atrás su barca y a su padre y siguieron a Jesús.
En una ocasión, cuando unos mesoneros rehusaron dar alojamiento a unos judíos, los indignados hermanos exhortaron a Jesús a que pidiera el envió de fuego desde el cielo para vengar la afrenta, a lo que Jesús respondió: “El hijo del hombre no ha venido a segar vidas humanas, sino a salvarlas “. Tras esto, apodó a los hermanos “hijos del Trueno”.
Un día, los hermanos le dijeron a Jesús que deseaban sentarse a su lado cuando alcanzara la Gloria. Cuando Jesús respondió que no era consciente de lo que estaba pidiendo, le preguntaron si podrían beber de su copa, Jesús les aseguró que podrían. Esta promesa fue satisfecha en la Última Cena.
SAN JUAN
Juan hijo de Zebedeo y hermano de San Santiago el Mayor, fue conocido como el “discípulo amado” y fue el único de los doce que no abandonó a Jesús durante horas de la Pasión. Era uno de los compañeros más apreciados por Jesús: durante la Última cena, se sentó a su derecha a su derecha, y más tarde estuvo presente en el juicio contra Él. Cuando su vida se apagaba, Jesús le llamó desde la cruz, pidiéndole que cuidara de su madre, Maria. “Mujer, aquí está tu hijo”, dijo, y a Juan: “aquí esta tu madre”.
En la noche de su crucifixión, el cuerpo sin vida de Cristo fue bajado de la cruz, embalsamado e introducido en una tumba en forma de cueva, cuya entrada se cerró con una gigantesca piedra; tres días más tarde, la tumba estaba vacía y, al ser uno de los primeros en darse cuenta de lo que había ocurrido, con una fe ciega, Juan proclamó que su Maestro había resucitado después de la muerte.
En otra etapa posterior de su vida fundó iglesias en Asia Menor, y la tradición cuenta que fue llevado a Roma y arrojado en un caldero repleto de aceite hirviendo del que salió incólume; fue el último apóstol que quedo con vida, y vivió hasta una edad muy anciana.
SANTO TOMÁS
La historia del “Tomás dubitativo” es bien conocida; es más, sus dudas eran completamente normales, ya que Cristo había sido clavado en una cruz, herido con una lanza y enterrado en una tumba durante tres días. ¿Cómo podía estar vivo? Cuando se le dijo que Cristo resucitado había aprecido, Tomás dijo: “No lo creeré nunca hasta que no vea las heridas que los clavos han hecho en sus manos y ponga mis dedos en las marcas y mi mano en su costado”. Cuando Jesús se le apareció, sollozó: “¡Mi Señor y mi Dios!”, declarando su fe en la divinidad de Jesús.
La historia de las dudas de Tomás es realmente una historia sobre la confianza ciega en su Maestro. En cierta ocasión, cuando Jesús había sido obligado a salir de Jerusalén debido a sus enseñanzas, recibió el mensaje de que su amigo Lázaro estaba gravemente enfermo, y posiblemente habría muerto. Jesús se preparó para acudir a visitar a su amigo, que residía en las afueras de Jerusalén, sin preocuparse por el riesgo que él mismo corría. Cuando comenzó su camino, sus discípulos se mostraron contrarios, razonando que probablemente Lázaro ya habría fallecido, que ese trayecto no serviría para nada y que no les causaría más que problemas. Fue Tomás el que insistió en realizar la travesía, diciendo: “Dejadnos ir, puede que tengamos que morir con él”.
SAN SANTIAGO EL MENOR Y SAN JUDAS
Santiago y Judas eran hermanos, y parece ser que tenían alguna relación de parentesco con José o con María. Una historia cuenta que Santiago se parecía tanto a Jesús que era difícil distinguirlos para aquellos que no les conocían. Esto podría explicar por qué fue necesario el beso de Judas en la noche del arresto final de Jesús, en el jardín de Getsemaní. Hubiera sido preciso verificar que fue Jesús y no Santiago al que se puso bajo custodia de los soldados.
Judas era también conocido como Tadeo y lebeo; en arameo, ambos términos, Tadeo y lebeo, significan “amado” o “querido por el corazón”. Una de las últimas preguntas que Jesús había respondido le había sido planteada por Judas: justo antes comenzar sus oraciones en Jardín de Getsemani, antes de ser arrestado, Judas le pregunto cómo se revelaría a ellos en el futuro.
Jesús contestó: “Si un hombre me ama y sigue mis enseñanzas, mi padre y yo le amaremos, vendremos hasta él y permaneceremos a su lado”.

En la historia de la Iglesia los cuatro Evangalistas

Los evangelistas son los hombres que escribieron los cuatro Evangelios, que son los libros de la Biblia en los que se cuenta la historia de la vida y las enseñanzas de Jesús. Los Evangelios son portadores del material que desembocaría en el nacimiento del cristianismo.
La palabra “evangelio” significa literalmente “buena noticia”, y hasta principios del siglo XX, la mayoría de interpretaciones que se les dijo fue como biografía de Jesús. En fecha más recientes, se ha especulado con la posibilidad de que las historias sobre su vida y sus enseñanzas fueran transmitidas de forma oral, y pudieran existir muchas versiones distintas. Fueron los cuatro evangelistas los que se encargaron de reunir los acontecimientos y ponerlos en orden.
Los evangelistas son conocidos tradicionalmente por los nombres de Mateo, Marcos, Lucas y Juan; los Evangelios de los tres primeros ofrecían una visión similar de lo que había ocurrido. El evangelio de Juan es bastante diferente, y fue escrito claramente mas tarde que los otros tres; es posible que lo escribiera alguien inspirado por las memorias de san Juan.
SAN MATEO
Cuenta la leyenda que tras la resurrección de Jesús, Mateo permaneció en palestina mientras los demás apóstoles se dispersaron, y que se le insto a rescatar de su memoria la vida y enseñanzas del Mesías. Sin embargo, otras opiniones avezadas sostienen que el fue probablemente un discípulo de una segunda generación, sin relación alguna con el discípulo Mateo, y que su evangelio se escribió alrededor del año 85 o 90 en Siria.
El evangelio de san mateo se dirige a una comunidad de cristianos judíos y no judíos, y trata de que las personas de cualquier creencia religiosa se conviertan en discípulos. Comenzando con la milagrosa concepción de Jesús, Mateo escribió su Evangelio como una historia de salvación, dividiéndola en dos partes: el periodo de las profecías y el periodo del cumplimiento. La vida de Jesús se describe como el cumplimiento de una promesa tanto para la gente de Israel como para la gente de un reino mucho mayor.
Mateo sostiene que todos los que siguen a Jesús se convertirán en hijos de Dios, y vivirán en su Reino hasta el fin de los tiempos. Este gran reino, continúa, está abierto a la gente de cualquier país.
SAN MARCOS
El Evangelio de San Marcos es el más corto de los cuatro Evangelios, y es más que probable que fuera el primero en escribirle; normalmente, se sitúa la fecha en que fue escrito entre los años 65 y 75. Aunque el uso de la narrativa para registrar la historia espiritual era algo habitual entre los judíos, no existe paralelismo a este género literario tan meticuloso antes de este tiempo. Con toda probabilidad, Marcos fue el responsable de la creación del género que conocemos como “evangelio”.
Marcos fue discípulo de la segunda generación, y las leyendas le relacionan tanto con Pedro como Pablo, con los que parece ser que fue en viajes como misionero. La mayoría de lo que Marcos escribe lo atribuye a sus maestros, contando con gran fervor los detalles de lo que había presenciado; sin embargo, había partes de la historia que le resultaban difíciles de comprender.
Es muy posible que el Evangelio de Marcos se escribiera en Roma; en él, Marcos se dirigía a una comunidad de gente que estaban sufriendo a causa de su fe. Tenían dificultades para comprender el significado de la resurrección de Jesús. Marcos les explico que seguir los pasos de Jesús supone sufrir persecuciones, pero, según dice, la consecuencia de la resurrección es que serian recompensados en el cielo.
SAN LUCAS
Se cree que Lucas era de origen griego y gentil, y que fue medico y artista. Según se dice, en Jerusalén se encontró un cuadro de la Virgen María algunos años después de su muerte, cuya autoría se atribuye a San Lucas.
Aunque Lucas no había sido testigo presencial de los acontecimientos que rodearon la vida de Jesús, algunas leyendas dicen que fue compañero de San Pablo en algunas de sus primeras misiones, y más tarde se convirtió en discípulo. Lucas habría escuchado atentamente todo lo que llegaba a sus oídos y habría añadido más tarde sus propios giros a la historia cunado la escribió.
Lucas no fue el único que dio todos los detalles sobre la vida de Jesús, sino que fue más allá para narrar los actos de los apóstoles. En su libro, que sigue a los cuatro Evangelios de la Biblia; Lucas trato de contar la historia de esta nueva y floreciente fe que había comenzado con unos pocos habitantes de Jerusalén, recopilando para ello toda la información que pudo acerca de historias que los apóstoles le contaron. El Evangelio de Lucas es el único en el que podemos encontrar la parábola del Buen Samaritano.
SAN JUAN EVANGELISTA
A Juan se le atribuye tradicionalmente la autoría de tres Epístolas y un Evangelio, aunque muchos estudiosos consideran que la redacción final del Evangelio fue realizada por otros algún tiempo después de su muerte. Las remembranzas de San Juan habría proporcionado información precisa sobre el ministerio de Jesús, y un grupo de seguidores que surgió a su alrededor en la ciudad de Éfeso podría haber finalizado su trabajo.
Juan pasó sus años de ancianidad en Éfeso, donde dedico sus días a la oración y meditación, reflexionando sobre los misteriosos y místicos sucesos que rodeaban la vida de Jesús. Físicamente consumido por su amor hacia él, se dice que Juan lanzó un sencillo mensaje: a todos los que se habían acercado a esta alma bondadosa para escuchar sus palabras, Juan solo les dijo: “Pequeños, amaos los unos a los otros”. Cuando le dijeron que quizás debería cambiar este mensaje, Juan explico sorprendido que éste era el mensaje principal de Cristo, y que “si lo recordáis, ya será suficiente”.

En la historia grandes Mártires de la Iglesia

Durante los trescientos años posteriores a la crucifixión de Jesús, sus seguidores fueron arrestados, torturados y asesinados. El motivo mas obvio de todo esto es que los primeros cristianos no aceptaban la religión estatal, postura que era considerada como traición. Circulaban desagradables rumores sobre ellos, y se les acusaba con frecuencia de tomar parte en reuniones secretas y ritos extraños.
Bajo el mando del emperador romano Nerón, la persecución a los cristianos alcanzo su punto culminante, después de que este les acusara de provocar un gran incendio en Roma, y sentencio a miles de hombres y mujeres a muerte por negarse a adorar a los dioses romanos. Los cristianos de clases altas fueron decapitados; el resto, quemados o devorados por fieras salvajes.
Teniendo en cuenta el final con el que se toparon, no es una sorpresa que los mártires fueran considerados mas tarde como santos. Sus huesos fueron consagrados y sus tumbas se convirtieron en lugares de oración. Las brutales muertes que sufrieron fueron consideradas sacrificios que asociaron sus vidas y muertes con la vida y muerte.
SAN ESTEBAN
Esteban fue el primer cristiano en ser martirizado por sus creencias. Su nombre significa “corona” que se refiere al hecho de que portara la corona de mártir
En los años inmediatamente posteriores a la crucifixión de Jesús, la iglesia que había surgido creció a tal ritmo que los apóstoles necesitaron ayuda para realizar su trabajo, por lo que ordenaron a siete hombres para que les ayudaran, y uno fue Esteban.
Los enemigos de esta iglesia primeriza estaban muy irritados, debido a la veloz expansión de esta; Cuando escucharon a Esteban predicando, urdieron un complot contra el. Inocente de cualquier delito, fue conducido ante un consejo de altos sacerdotes de Jerusalén, donde un falso testigo le acuso de blasfemia. San Esteban se enfrento a aquella gran asamblea de enemigos sin miedo alguno, defendiendo la fe cristiana y explicando que Jesucristo era el Mesías. Incluso los miembros del consejo atisbaron en su rostro la mirada de un ángel.
Posteriormente, Esteban fue arrastrados fuera de la ciudad de Jerusalén y lapidado hasta la muerte.
SAN DIONISIO (¿?- 258)
Dionisio nació y creció en Italia, y fue enviado como misionero a las Galias por el papa clemente alrededor del año 250. Estableció su actividad misionera en una isla en el sena, junto a la ciudad de Lutecia parisorium, que mas tarde pasaría a llamarse Paris.
Durante su estancia fue capturado por los galos, junto con otros misioneros que le habían acompañado; Fueron acusados y encarcelados. Tras un largo cautiverio y varias ejecuciones suspendidas, Dionisio y dos de sus compañeros fueron decapitados, y sus cuerpos arrojados a las fieras; pero, milagrosamente, Dionisio se puso en pie, se agacho y cogio su cabeza; a continuación, mientras se escuchaba el canto de los Ángeles, camino hacia la montaña de los mártires (montmartre) donde los tres cuerpos recibieron sepultura.
Dionisio es conocido como el primer Obispo de Paris, además de ser el santo y patrón de Francia.
SANTO TOMÁS BECKET (1118- 1170)
A la edad de veinticuatro años. Tomás comenzó sus andanzas en la Iglesia; debido a sus excepcionales cualidades diplomáticas, se hizo intimo amigo del rey Enrique II de Inglaterra, y cuando la sede de Canterbury se quedó sin inquilino, el rey Enrique le comunicó a Tomás que deseaba que él fuera el nuevo arzobispo. Tomás contestó:”si Dios me permitiera convertirme en el arzobispo de Canterbury, pronto perdería el favor de su Majestad; el cariño con el que me honráis se transformaría en odio”. Efectivamente, cuando Tomás se opuso a Enrique en un tema eclesiástico, se vio obliga a huir a Francia; finalmente, ambos fueron reconciliados por el Papa y Tomás regresó a Inglaterra, pero inmediatamente volvió a enfurecer a Enrique al excomulgar a algunos obispos. Enrique montó en cólera; cuatro caballeros, buscando el favor de su rey, cabalgaron hasta Canterbury y aporrearon las puertas de la iglesia.
“¡Largaos, cobardes! Una iglesia no es un castillo”, gritó Tomás, pero los caballeros entraron y le asesinaron. Cuando las noticias llegaron al rey Enrique, éste se quedó en silencio y ayunó durante cuarenta días. Tomás Becket tuvo el valor de dar su vida por defender los derechos de la iglesia contra un estado agresivo y poderos
MÁRTIRES VÍRGENES
Merced a una idea que emergió en los primeros momentos de la Iglesia Cristiana, las mártires vírgenes han sido veneradas con especial devoción. Los filósofos griegos de la época fomentaban la idea de que las mujeres eran en cierto modo inferiores a los hombres; la Iglesia primitiva se hizo eco de esta afirmación y retractaron a la mujer como el origen del pecado.
Los primeros Padres de la Iglesia dijeron que Eva encarnaba los poderes de seducción y sexo, considerados en cierta ocasión como puerta de entrada a lo divino, pero asociados entonces a las tentaciones que llevan directamente al infierno.
Las mujeres cristianas, que nada podían hacer contra este impulso creativo, sufrieron una terrible represión: se les hizo creer que perder su virginidad las haría incompletas, y que la relación con ellas seria espiritualmente dañina para sus compañeros. Para respaldar esta teoría, la iglesia hizo hincapié en la adoración de mártires vírgenes: Santa Úrsula y Santa Catalina de Alejandría son sólo dos de los miles de mujeres que sufrieron una muerte cruel mientras defendían su virginidad.
SANTA ÚRSULA
Según una leyenda hallada en el siglo X, Úrsula era hija de uno de los primeros reyes británicos cristianos, y había concretado su matrimonio con un príncipe pagano, matrimonio al que Úrsula se opuso.
Hablo con su padre lograr que éste pospusiera la ceremonia, acordando que si su pretendiente deseaba realmente casarse con ella realizara una peregrinación hasta Roma, durártela cual estaría acompañada por diez mil vírgenes, a lo que el príncipe accedió, y Úrsula partió con las vírgenes. Tras un largo viaje por Europa, el grupo llegó o Colonia, donde se vieron sorprendidas por huestes de humo invasores.
Úrsula exhortó a las vírgenes a morir a manos de las espaldas antes que someterse a ser objeto de abuso sexual por parte de los hunos, y se ofreció como primera víctima; todas y cada una de las diez mil vírgenes fueron asesinadas.
Finalmente, se construyó una iglesia en Colonia en honor de las vírgenes, y la leyenda de Úrsula creció: se cuenta muchas versiones de la misma historia.
SANTA CATALINA DE ALEJANDRÍA
Cuando Catalina era una joven de dieciocho años, llamo la atención del emperador romano Maximino, no por su extraordinaria belleza ni su excepcional inteligencia, sino porque se atrevió a protestar públicamente contra la adoración de ídolos; se dice que en una ocasión defendió tan fehacientemente sus creencias que desconcertó por completo a cincuenta del emperador en un debate teológico.
Maximino le propuso matrimonio a Catalina, pero ella lo rechazó; como consecuencia de su negativa, fue golpeado durante dos horas, encarceladas y finalmente atadas a una rueda “Catalina “ con pinchos, a partir de la cual se ha desarrollado el dispositivo pirotécnico de la rueda catalina.
Milagrosamente, la rueda se hizo añicos y los doscientos soldados que observaba se convirtieron inmediatamente. Furioso. Maximino los decapitó a todos ellos junto con Catalina; se dice que, cuando murió, fluyó leche de sus arterias. Desde tiempos anteriores al cristianismo, la leche ha sido considerada como el símbolo de la fertilidad, la nutrición y la curación, y se ha utilizado de manera significativa en la imagen de la Virgen María amamantando a Cristo.

En la historia grandes forjadores del pensamiento cristiano

Los cientos de los años que han sido testigos de la expansión del mensaje de Jesús están plegados de fundadores, poetas, maestros y escritores, cuya tarea era la de mantener viva la esencia del mensaje mientras daban formas a una atmósfera en la que la gente pudiera reunirse para compartir en la celebración y vivir el mensaje de cristo. Hay mucos santos cuyo trabajo fue el de estructurar la iglesia y fundar comunidades en las que hombres y mujeres pudieran dedicarse a una de rezo y contemplación; hablaban y escribían según surgiendo las ideas, y gran parte del pensamiento religioso contemporáneo tiene que dar las gracias a su trabajo.
Pedro y Pablo fueron los primeros fundadores de la Iglesia; viajando de un lugar a otro, comenzaron a expresar las ideas que en los años venideros habían que la nueva religión cristiana se establecería como una de las mayores tradiciones monoteístas del mundo.
En aquel tiempo, Roma ostentaba el mayor poder de todo el mundo: una nación en guerra cuyos ciudadanos adoraban a un gran número de dioses. Su potencia militar no tenia parangón y sus gobernantes eran crueles y muy poco condescendientes. Los seguidores de Cristo difundían un mensaje de amor y compasión, y el mensaje era muy digno, pero los gobernantes del imperio no lo habían recibido precisamente con los brazos abiertos; de hecho, lo consideraban subversivo. Durante los primeros cuatrocientos años en los que los primeros seguidores de Jesús estaban captando nuevos creyentes en un nuevo Dios, se intuían multitud de signos que atribuían poderes mágicos al Dios cristiano.
En le año 312, uno de los dos gobernantes contrarios al Imperio Romano, Constantino, se estaba preparando para la batalla; una historia cuenta que tenia sus dudas sobre los dioses tradicionales y, con gran solemnidad, rezó para que el auténtico dios se revelara ante él y le ayudara. Fue entonces cunado Constantino vio una cruz luminosa en el cielo con la inscripción “In hoc signo vinces”, que significa: “con esta señal vencerás”.
Tomando esto como respuesta a sus oraciones, grabó el símbolo de la cruz en las armaduras de sus soldados; acudió a la batalla y salio victorioso. Los cristianos percibieron un cambio de lealtad divina, y los seguidores de Jesús dejaron de ser perseguidos. En setenta años, el Cristianismo se convirtió en la religión oficial del Imperio Romano.
Sin embargo, alrededor del año 400, la fortaleza del Imperio comenzó a tambalearse, y las tribus septentrionales se extendieron por toda Europa y saquearon la ciudad de Roma. El Imperio Romano se hundió, y su lugar fue ocupado por multitud de pequeños reinos. Durante los siguientes mil años, en el periodo conocido como la Edad Media, la iglesia se convirtió en la fuerza de union entre todos estos pequeños reinos, y fue testigo de la que hoy en día conocemos como Europa.
Durante este tiempo, los Papas de Roma vieron como su poder se incrementaba, para acabar reclamando autoridad total sobre la Europa cristiana, fijando tanto el clima político como el espiritual. Los santos que surgieron para encaminar a esta nueva Iglesia dirigían sus pasos por una estrecha senda entre la aprobación y la excomunión. Eran hombres y mujeres con un alto grado de experiencia, cuyas ideas cambiarían la forma en que la gente veía su existencia.
Al igual que los Papas y los revolucionarios, entre los fundadores y maestros de la religión cristiana se incluye a los santos Pedro y Pablo, quienes se propusieron la tarea de la conversión, y también a San Jerónimo quien, entre muchos otros, colaboro de forma decisiva a la evolución de nuestra Biblia actual. San Agustín y otros como él fueron los elocuentes autores de escritos en prosa y poesía que expresaban las pasiones que ardían en un alma cristiana; mientras tanto, la lógica de otros santos como Tomás de Aquino se puso al servicio de los mismos para formular los principios sobre los que hoy en día se asientan los pilares de la religión cristiana.
SAN PEDRO
A Pedro se le llama frecuentemente el “Príncipe de los Apóstoles”. Las leyendas cuentan que, junto con San Pablo, fundo la Autoridad Cristiana o sede Papal, en Roma. Jesús le llama “Cephas”, que era el equivalente en arameo de “Piedra”, en alusión a la piedra sobre la que seria edificada la Iglesia; Pedro fue la primera persona en manifestar su convicción de que Jesús era el Hijo de Dios.
Hay un pasaje del Evangelio de Mateo que cuenta cómo Jesús pregunta a sus discípulos que quien pensaban que era él, a lo que Pedro contestó: “Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás; porque no te ha revelado eso la carne y sangre, sino mi padre, que está en los cielos. Y yo te digo que tú eres Pedro y que sobre esta piedra edificaré mi Iglesia…Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos. Y todo lo que atares sobre la tierra será también atado en los cielos; y todo lo que desatares sobre la tierra será también desatado en los cielos”.
Tras su muerte, Jesús se apareció ante los discípulos en Tiberias, y dio a Pedro su famosa orden: “Apacienta mis corderos… cuida mis ovejas…”.
SAN PABLO (3- 65)
Llamado originalmente Saúl, Pablo se convirtió al cristianismo y, junto a Pedro, se erigió como el legendario cofundador de l primera Iglesia en Roma. Considerado como una de las figuras más importantes en los albores de la expansión cristiana, Pablo escribió de forma muy prolífica, y sus pensamientos tuvieron una gran influencia en la Iglesia originaria. Consideraba que la corrupción del ser humano es inherente al mismo, y estaba convencido de que somos incapaces de salvar nuestras propias almas sin la ayuda y los consejos de Cristo.
Antes de su conversión, Saúl era un judío que odiaba y perseguía a los cristianos; había desempeñado un papel de liderazgo en la búsqueda de miembros de la primera Iglesia y había colaborado en la lapidación de Esteban, el primer mártir. Un día, mientras se encontraba de camino hacia Damasco con la intención de atacar a los cristianos, Saúl se cayo del caballo; mientras se encontraba tendido en el suelo, quedo cegado por una visión en la que Jesús le decía que su persecución de los cristianos era como perseguirse a si mismo. Tres días más tarde, Saúl recobro de nuevo la vista de forma milagrosa. Rebosante de la energía del Espíritu Santo, se bautizo al poco tiempo y cambio su nombre por el de Pablo.
SAN JERÓNIMO (347- 419)
Jerónimo nació en el seno de una familia cristiana, cuyos padres le inculcaron un modelo educativo romano, organizándole clases de griego y latín y enviarle a Roma a estudiar bajo la supervisión de un afamado gramático. Como él mismo decía, “casi desde la cuna he pasado mi tiempo entre gramáticos, retóricos y filósofos”.
Inspirado por la ética de los ermitaños cristianos, Jerónimo se convirtió en monje y vivió durante tres o cuatro años en Italia, en una pequeña comunidad de cristianos que compartían el mismo pensamiento. Animado por una visión, decidió probar su total devoción desterrándose a si mismo al desierto; sin embargo, aunque es probable que lo intentara, no pudo renunciar a su amada biblioteca y a su pasión por el mundo de las letras.
Entonces, abandono el desierto y marcho a Antioquia, donde el Papa le encomendó la tarea de elaborar una nueva traducción de la Biblia al latín. En aquel tiempo, una confusa variedad de escritos contradictorios y en multitud de idiomas circulaba dentro de la joven Iglesia. Como más tarde diría San Jerónimo, “había casi tantas versiones del texto como copias del mismo”.
SAN AGUSTÍN DE HIPONA (350- 430)
Durante
Sus primeros años, Agustín llevo una vida de libertinaje, y el cambio que se produjo en su corazón y su conversión han servido de inspiración para muchas personas que luchan contra algunos hábitos con los que desean acabar.
Aunque había sido educado dentro de las costumbres cristianas, era un hombre con graves problemas. Estaba convencido de que el cristianismo era la mejor religión para él, pero no se consideraba digno, porque pensaba que nunca podría llevar una vida pura. Un día, escucho hablar a dos hombres; habían leído una biografía de San Antonio y se convirtió de inmediato. Agustín se sintió avergonzado de sí mismo “¿Qué estamos haciendo?”, le dijo a un amigo. “Los iletrados están accediendo al paraíso con esfuerzo, mientras nosotros, con todos nuestros conocimientos, ¡somos tan cobardes que seguimos revolcándonos en el fango de nuestros pecados!”.
Fue bautizado, se convirtió en sacerdote, en obispo y en autor de una colección llamada Confesiones. San Agustín vivió sumido en la pobreza; pero cuando predicaba, rezaba o tenia que aguantar esa pobreza… todo lo hacia con un gran fervor. Cuando vio próxima su muerte, dejó escapar un lamento: “Te he amado demasiado tarde”.
SANTO TOMAS DE AQUINO (1225- 1275)
La intención de Tomás de convertirse en fraile mendicante impacto tanto a sus padres que intentaron disuadirle de esta idea encerrándole en la fortaleza familiar durante un año. No solo no consiguieron su objetivo, sino que a la edad de diecinueve años, se unió a la orden de los Dominicos y se fue a París a estudiar, quedándose calvo aún en su juventud y poniéndose tremendamente obeso; se dice que tenia una media luna tallada junto a la mesa donde comía para colocar su enorme panza. Tomás poseía un gran poder de concentración, y había veces en las que dictaba a cuatro colaboradores a la vez. Pasó su vida dando clases, estudiando, escribiendo y viajando hasta que falleció de agotamiento a los cuarenta y nueve años.
El trabajo de Tomás supuso la cumbre de los logros intelectuales durante la Edad Media; estudio textos árabes, judaicos y cristinos, que posteriormente fusiono para dar forma a un exhaustivo y metódico planteamiento teológico. Su enfoque científico definió la razón y la fe como elementos independientes pero complementarios. La razón ayuda a comprender las creencias, y la fe comienza donde la razón llega a su limite. Su mayor trabajo, summa theologica, aunque se encuentra inacabado, se convirtió en un modelo para los textos teológicos.

En la historia de la Iglesia personajes ermitaños y ascetas

Cuando el cristianismo se estableció, los creyentes dejaron de vivir bajo la amenaza de las persecuciones, y los martirios dejaron de ser la última expresión de fe; en consecuencia, los cristianos, deseosos de conseguir la perfección espiritual, comenzaron a retirarse del mundo para llevar una vida en soledad y ascetismo.
Hablando con propiedad, el ascetismo supone la supresión del cuerpo con fines espirituales. Los antiguos griegos, cuyo pensamiento era muy influyente en aquellos tiempos, creían que el cuerpo humano era inferior y corruptible, mientras que sólo el espíritu era puro. Con el fin de conseguir sus objetivos espirituales, se creía que debía suprimirse la parte corpórea.
A pesar de todas las privaciones que conlleva una vida semejante, los primeros cristianos ascetas la llevaban a cabo con devoción, y muchos de ellos comenzaron a descubrir grandes gozos en su vida en soledad. Confiándose a Dios, aprendieron lecciones de humildad y confianza; además, al haber pocas interrupciones, podían llevar a cabo un profundo reconocimiento sobre lo que les separaba de Dios. Mediante el rezo continuo, aprendieron a regocijarse en el simple placer de su amor.
Las historias de ermitaños comenzaron a circular, atrayendo a seguidores que peregrinaban a los desiertos y zonas inhóspitas de Egipto, Siria y Asia Menor para conocerles y convertirse ellos mismos en ermitaños. Alrededor de los entrañables ancianos crecieron comunidades poco organizadas, y la tradición solitaria comenzó a transformarse en un modo de vida comunal.
Algunos de estos hombres y mujeres eran conocidos como “anacoretas” (proveniente del término griego para “retirada”), como “ermitaños” 8proviene del término griego para “desierto”) y como monjes (proveniente del término griego para “solitario”); los “padres del desierto”, que se establecieron en el desierto Egipcio, fueron un grupo influyente de estos monjes.
El modo de vida en estos primeros grupos desemboco en la construcción de los primeros monasterios cristianos; bajo la dirección de hombres como San Pacomio y San Antonio Abad, se siguieron las vicisitudes practicas de la vida en comunidad. Esto permitió a hombres y mujeres introducirse en un mundo de contemplación y oración con un grupo de personas con la misma mentalidad; este modo de vida ha sido asumido por miles de personas a lo largo de los siglos, con el objetivo de conseguir una paz profunda y alcanzar estados trascendentales de gozo y éxtasis.
A medida que el numero de monasterios crecía y se extendía por toda Europa, muchos de ellos quedaban vinculados entre sí debido a que obedecían la misma “regla” (unas directrices sobre cómo debía vivir la comunidad). Una de las más conocidas es la regla de San Benito, el cual fundo un monasterio en Italia alrededor del año 530; Benito estableció que la vida de un monje debía ser una vida de rezo y trabajo. Gracias a los consejos de los papas de Roma, muchos monjes se convirtieron en estudiosos y maestros; además, en un momento histórico en el que solo algunos legos sabían leer o escribir, fueron los monjes los que conservaron gran parte de la cultura clásica que, de otra forma, se hubiera perdido.
Los monjes rezaban por las almas de los muertos a la vez que desempeñaban otras tareas eminentemente prácticas, como cuidar a los enfermos y alimentar a los pobres. Los monasterios cristianos de la Edad Media proporcionaban casi todas las técnicas médicas disponibles en la época.
San Francisco, quizá el más amado de todos los santos cristianos, se dedico a vivir lo más cerca posible del espíritu de Cristo. Fundo una orden cuyo pilar principal era la más absoluta pobreza, y se insistía en la humildad y el amor como la base principal para tener una experiencia más profunda con Cristo; una amiga suya llamada Clara fundo una orden similar para las mujeres.
SAN PACOMIO (292- 346)
Oriundo de Egipto, Pacomio creo la primera comunidad monástica cristiana, esbozando un horario con las comidas, el trabajo, la oración y la disciplina comunes.
Siendo un joven de veinte años, Pacomio fue reclutado para el ejército del emperador; durante su estancia en Tebas, descubrió la bondad de algunos cristianos que allí se encontraban. La experiencia se grabo a fuego en su mente y propicio su conversión. Tras ser bautizado, se convirtió en discípulo de un ermitaño del desierto, llamado Palemón, y llevaron una vida de gran austeridad y completa dedicación, combinando las tareas manuales con las oraciones incesantes que rezaban día y noche.
Tras algún tiempo, Pacomio se sintió llamado a construir un pequeño monasterio a orillas del Nilo; Palemón le ayudo y permaneció junto a él durante algún tiempo. Poco después, alrededor de cien monjes vinieron para unirse a él, y Pacomio comenzó a organizarles con las directrices necesarias para la vida en común. El deseo por emular la vida de Pacomio y sus monjes se encontraban tan extendido entre aquellos que le conocieron, que se vio obligado a fundar otros diez monasterios para hombres y dos conventos para mujeres.

SAN ANTONIO ABAD
Dos filósofos griegos se adentraron en el desierto egipcio hasta el lugar donde vivía Antonio; cunado llegaron, Antonio les pregunto que por qué habían ido hasta allí para hablar con un hombre tan estúpido. Ellos eran griegos, y provenían de la civilización más admirada del mundo, mientras que él era un hombre que vestía con pieles de animales, se negaba a bañarse y se alimentaba a base de pan y agua; ellos eran filósofos, con dominio de los idiomas y de la retórica, y él ni siquiera había asistido a la escuela. A sus ojos, les dijo, él debía parecer muy estúpido.
Pero los filósofos griegos habían escuchado increíbles historias de Antonio. Habían escuchado que sus palabras reconfortaban a todos los que sufrían, y que su sabiduría conseguía provocar un gran gozo; le aseguraron que habían ido hasta él porque era un hombre sabio.
Antonio supuso que lo que querían era iniciar una discusión sobre el cristianismo y el valor del ascetismo, y se negó a seguirles el juego; les dijo que, si realmente le consideraban sabio, deberían imitar la vida que el llevaba.
SAN BENITO (480- 547)
De joven, Benito fue enviado a Roma para completar su educación y estudiar retórica, pero creció consternado por la falta de disciplina y la actitud displicente de los estudiantes. Preocupado por su alma, renuncio a su herencia, huyo de Roma y se estableció en una pequeña aldea.
Cuando sintió la necesidad de una soledad aun mayor, se marcho a las montañas, donde se convertiría en ermitaño bajo la supervisión de un asceta llamado Romanus. Vivió en una caverna durante tres años, y se dice que fue alimentado por un cuervo. Tras años de oración, sus palabras llevaron hasta el a unos monjes que le pidieron que fuera su superior; él les advirtió que seria muy estricto con ellos, pero insistieron. Más tarde coma cuando se dieron cuenta de que su advertencia era cierta y trataron de envenenarle, Benito bendijo la copa y esta salto por los aires, dejándole indemne.
Hacia el final de su vida, Benito escribió una regla para su orden, a la que había llamado la orden Benedictina; cuando murió, había fundado doce monasterios. Sus enseñanzas se limitaban a una vida sencilla de oración y trabajo, y su primer régimen, muy estricto, fue reemplazado por otro mucho más agradable. Lo llamo “una escuela al servicio del señor, en la que no queremos ordenar nada severo o riguroso”.
SAN FRANCISCO DE ASIS (1182- 1226)
Francisco nació en Asís, una ciudad situada al centro de Italia; su padre era un rico comerciante de telas, pero francisco, un joven que adoraba la diversión, se había encaprichado de la tradición popular de los trovadores. Cuando tenia alrededor de veinte años participo en una guerra local en la que fue capturado y encarcelado durante un año; más tarde sufrió una larga enfermedad. Una vez recuperado, compro un caballo y armas, y marchó de nuevo a luchar, esta vez al servicio de un famoso caballero. Ante de llegar al frente de batalla, tuvo un sueño en el que se le decía que regresara y que “sirviera al maestro en vez de al hombre”. Francisco se dio media vuelta, regreso a Asís e inmediatamente comenzó a llevar una vida más austera; vestido con una sencilla toga, dedico su vida a los enfermos y a los amados. En una ocasión cambio su puesto con un mendigo, y otra, consiguió vencer a un fuerte aversión y beso a un leproso, el cual, según algunos, era el mismísimo Jesús.
Un día francisco escucho una voz que le decía: “Francisco, ve y repara mi casa”. Después, comenzó a hacer algunas reparaciones en la iglesia en ruinas de San Damián, por lo que tuvo que vender su caballo y parte de la tela de su padre para comprar materiales. Al enfrentarse con su furioso padre, Francisco se quito todas sus ropas y renegó de él por respeto a su padre espiritual, diciendo “padre nuestro que estas en los cielos… quiero ir al cielo en cueros”.
Tras escuchar la lectura del Evangelio en la que Jesús le dice a un hombre rico que venda todo lo que tiene y se lo entregue a los pobres, Francisco renuncio a tener cualquier cosa en propiedad; mendigaba diariamente por comida y cobijo, y su amor por la caballerosidad se torno en amor por la pobreza, a la que se refería cariñosamente como la Dama pobreza. Construyo su vida a imagen y semejanza de Jesús fue siempre feliz, rindiendo homenaje a todo ser vivo o inerte de Dios.
Tras atraer a algunos seguidores, escribió una regla basada en las enseñanzas de Cristo, y unos años más tarde ayudo a fundar una segunda orden para mujeres, que se conoció como las Clarisas pobres; después, escribió una regla para una tercera orden para mujeres y hombres laicos que no podían llevar una vida en comunidad. Las tres órdenes se extendieron rápidamente por todo el mundo.
Francisco anhelaba sentir todo lo que había experimentado Jesús; cierto día se le apareció un serafín alado y le concedió su deseo: fue marcado con estigmas y se le abrieron las cinco heridas que tenía Jesús en sus manos, pies y costado.
SANTA CLARA DE ASIS (1194- 1253)
Clara era la hija de un conde y una condesa de Asís; un día, tras escuchar en la calle un sermón de San Francisco, se acerco a él y le expreso su deseo de vivir, igual que él, para Dios; ambos se hicieron íntimos amigos. En el siguiente domingo de Ramos, el Obispo de Asís la obsequio con un ramo de palma, que Clara interpreto como un signo de Dios y, junto con su prima pacifica, abandono su hogar esa misma noche; se corto el pelo, renuncio a todas sus posesiones y comenzó su nueva vida.
Clara meditaba diariamente y vivía en estrecho cumplimiento de la regla de San Francisco: una vida extremadamente sencilla y desprovista de cualquier placer mundano; solo contaba con almas, confiando en Dios para que le proporcionara todo lo que necesitaba. Clara fundo de la orden de las Clarisas pobres, la cual lidero durante cuarenta años. A cualquier sitio donde fueran los franciscanos en Europa, también iban las Clarisas pobres.
Clara era una mujer dulce y su dirección del convento la llevo siempre a cabo basándose en la máxima de la felicidad. Cuando San Francisco murió, él mismo pidió que su cuerpo fuera trasladado de nuevo a Asís para que esta pudiera lavarle los pies.

En la historia visionarios y misticos al servicio de Dios

La palabra “misticismo” proviene del griego mystikos, que significa “adentrarse en los misterios” e implica experimentar diversos estados de experiencias extáticas. Estos estados son reales, y no son el resultado de salirse del mundo en un sentido físico, sino más bien de introducirse en las entrañas del mismo.
Se han descubierto mucho escritos de la época de Jesús que son en esencia profundamente místicos, y de ellos podemos deducir que las enseñanzas de Jesús se llevan a cabo a mucho niveles. Cuando viajaba de lugar en lugar, hablaba a todos aquellos que querían escucharle; para los ojos de algunos, era una especie de “obrero de milagros”, además de un orador inspirado. Sin embargo, es evidente que trabajo mas profundamente con los que realmente querían descubrir la esencia de su ser y experimentar su propia relación con Dios. Al leer el Evangelio de Santo Tomas, queda claro para muchos que una parte significativa de las enseñanzas de Jesús abordo las experiencias interiores y los misterios.
A medida que la historia del cristianismo ha ido desarrollándose, muchos hombres y mujeres, a los que conocemos como visioneros y místicos cristianos, se han convertido al cristianismo con el objetivo de encontrar a Dios ; algunos han tropezado sin buscarlo con misteriosas puertas que les han llevado hasta el interior, y otros han llegado hasta allí intecionamente. El viaje interior es arduo y complejo, pero las recompensas que ofrece son las del reino de Dios. Los escritos poéticos y extáticos de los grandes visioneros y místicos son el testimonio de los estados de felicidad alcanzables.
Santa Teresa de Ávila es una de las que aparentemente se adentro a propósito en su mundo interior. Pudo ser la inocencia y pureza de su corazón la que le condujo hasta allí, ya que comparaba a Dios con un amigo querido y un amante místico. Juan de la cruz habla de lo más profundo de su alma, habla de sus oscuras noches y sus soberbias cumbres, mientras que Catalina de siena describe detalladamente las experiencias místicas de su corazón. Hildegarda de Bingen fue un visionera a la que Dios mando escribir, y cuyos poemas e himnos están plagados de símbolos, e incluso merced a ellos se inventaron idiomas que hablaban alegóricamente de los misterios de mundo interior.
SANTA TERESA DE AVILA (1515- 1582)
El padre de Teresa era un hombre tremendamente honrado y profundamente piadoso, a su madre le encantaban las novelas románticas, y como su esposo era contrario a ellas, las escondía. Esto ponía a Teresa entre la espada y la pared, ya que a ella también le gustaban las novelas su padre le dijo que jamás mintiera, pero su madre le dijo que no se le dijera a su padre; más tarde, Teresa dijo que siempre temía que, hiciera lo que hiciera, que estaba mal.
Cuando Teresa tenia dieciséis años, su padre sintió que se le escapaba de las manos, y la envió a una escuela de convento; al principio, Teresa la aborreció, pero finalmente comenzó a pasárselo bien, en parte por su floreciente amor hacia Dios y en parte porque el convento era mucho menos estricto de lo que era su padre.
Tras luchar con su salud durante años, sufrió una enfermedad tan grave que incluso cavaron su tumba; después de sufrir esa enfermedad, sufrió parálisis durante tres años. Nunca volvió a recuperarse del todo, pero lo que Teresa descubrió es que “rezar es un acto de amor, no se necesitan palabras. Incluso si la enfermedad distrae los pensamientos, todo lo que se necesita es la voluntad de amar”.
SAN JUAN DE LA CRUZ (1542- 1591)
Después de morir su padre, la madre de Juan mantuvo a la familia unida mientras vagaban sin hogar en busca de trabajo; con frecuencia, el hambriento Juan se desplazaba al centro de la ciudad más rica de España. Con catorce años, acepto el trabajo de cuidador de los pacientes de un hospital que sufrían enfermedades incurables o trastornos mentales. Fue a través de estas experiencias con la pobreza y el sufrimiento como aprendió a no buscar la belleza y la felicidad en el mundo, sino en Dios.
Juan se unió a la orden de las Carmelitas y entablo amistad con Teresa de Ávila, la cual le pidió que le ayudara con un movimiento de reforma; los Carmelitas se vieron amenazados por esto, y algunos miembro de la orden lo mandaron secuestrar. Fu encerrado en una celda de dos por tres metros, linchado tres veces a la semana en aquella oscuridad, frió y desolación, su amor y su fe era como fuego y luz. No le quedaba nada más que Dios, y este amor le trajo a Juan su mayor alegría.
Cuando consiguió escapar, se oculto en un convento que contaba con un hospital, donde se dedico a leer sus poesías a las monjas; desde aquel momento, la vida de Juan se baso en compartir y explicar su experiencia personal con el amor al Dios.
SANTA CATALINA DE SIENA (1347- 1380)
Catalina, la hija numero veinticinco de un tintorero de pieles en el norte de Italia, comenzó a tener experiencias místicas con seis años, viendo Ángeles de la guarda con la misma claridad con la que veía a sus protegidos. Vivió las experiencias de la Peste Negra, la hambruna y numerosas guerras civiles y, siendo aun muy joven comenzó a percibir la sociedad con problemas que la rodeaban, y deseaba ayudar. Soñaba inocentemente con vestirse como un hombre para convertirse en fraile, y más de una vez corrió a la calle para besar el suelo por donde había pasado los Dominicos.
De joven, experimento lo que escribió en sus cartas como un “matrimonio místico” con Cristo. Tuvo una serie de visiones tras las cuales escucho la orden de abandonar el convento e introducirse en la vida publica del mundo. Las políticas religiosas habían conseguido enfrentar a los papas entre si, y Catalina, que era muy espontánea, sin temor hacia las autoridades y sin miedo en la cara de la muerte, tuvo una gran influencia en convencer al papa en Aviñon para que regresara a Roma.
A lo largo su vida, Catalina tuvo numerosa visiones y largas experiencias en extáticas, pero es más recordada por sus inspirados escritos.
SANTA HILDEGARDA DE BINGEN (1098- 1179)
Como era habitual con el décimo vástago en una familia en la que no disponían de suficiente comida, Hildegarda fue entregada a la iglesia nada más nacer. A la edad de tres años comenzó a tener visiones de objetos luminosos, y pronto se dio cuenta de que esta capacidad era única, por lo que oculto el don durante años.
A los ocho años, su familia envió a la extraña niña con un anacoreta llamado Jutta, para que se encargara de su educación; los anacoretas eran ascetas que se aislaban del mundo. Vivian en cuartos pequeños, normalmente contiguo a una iglesia para que pudiera seguir los servicios, y contaban solo con una pequeña ventana como conexión con el resto de la humanidad. Como podía decirse que estaban muertos para el mundo, los anacoretas recibían sus últimos derechos antes de confinarse. Hildegarda accedía a la celda de Jutta a través de una pequeña puerta.
Durante muchos años, las únicas personas que tuvieron conocimiento de sus visiones fueron Jutta y otro monje; finalmente, tuvo otra visión en la que se le ordenaba escribir todo lo que observase. Los escritos parecían provenir de Dios, y una multitud de personas se agolpaba para escuchar las sabias palabras que salían de sus labios.

En la historia hombres convertidos en Misioneros rebosantes de amor

Con sus corazones rebosantes de un mensaje de amor, muchos santos cristianos se pusieron manos a la obra, y a través de sus actos de caridad y compasión, expresaron su gratitud.
Los santos misioneros y samaritanos de la cristiandad son los que han llevado el espíritu de Cristo hasta los demás; en cierto modo, han encendido una llama que arde de generación en generación a lo largo y ancho del m undo. Simples actos de bondad llevan implícito un sencillo mensaje, y el mensaje de amor que predicaba Jesús sale reforzado con cada acción de caridad.
La hermosa historia de San Martín de Tours es un ejemplo de un samaritano realizando su trabajo: deseoso de ayudar a aquellos que padecían dolor, llevo el mensaje cristiano por todas las tierras de Galia. Un día, al ver un mendigo, rasgo su capa en dos y le dio la mitad al hombre para que no pasara frió. Aquella noche, Martín tuvo un sueño en el que escuchaba a Jesús diciéndole: “lo que has hecho por ese hombre pobre, lo has hecho por mi”. Aunque el mendigo no hubiera experimentado un cambio en su fe, es muy probable que asociara con San Martín el significado de sentirse atendido.
En los años siguientes a la muerte de Jesús, San Pablo y algunos más consiguieron que pasara de ser el posible Mesías de los Judíos a ser el salvador de la humanidad. El cristianismo se convirtió en una religión cuyos fieles potenciales abarcaban toda la población del mundo conocido; la transmisión de la palabra había sido siempre una pasión cristiana fundamental.
La Diáspora de los Judíos en el año 70 también fue testigo de la dispersión de los primeros cristianos de su núcleo en Jerusalén, ya que siempre se había negado a ser fieles a la religión oficial del imperio Romano. Cuando los cristianos se dispersaron por el mar mediterráneo, expandieron su mensaje con cierta celeridad, captando fieles cuando y donde podían, ya que su supervivencia dependía de que fueran capaces de realizar movimientos potentes. Como el nuevo mensaje de amor que llevaban consigo era bastante revolucionario, atrajo a muchas personas que se oponían al poder que Roma estaba ejerciendo. En el siglo IV, Constantino estableció el cristianismo como religión oficial del imperio, y el proselitismo cristiano se autorizo. Con la desintegración paulatina del poder de Roma y las consecuentes invasiones bárbaras, los misioneros comenzaron a marchar hacia el norte, oeste y este de Roma para convertir a las tribus que con tanto ahínco se habían opuesto al dominio de Roma.
San Patricio, famoso por su trabajo en irlanda, fue enviado allí como esclavo. Una vez que consiguió escapar, volvió posteriormente convertido en Obispo a uno de los pocos países de Europa que Roma no había conquistado. La iglesia que presento fue bien recibida por los irlandeses, y fueron estos cristianos celtas los que ayudaron a mantener viva la llama del cristianismo cuando mas tarde los barajaros arrollaron Gran Bretaña.
A medida que el mundo occidental extendía su influencia, durante siglos fueron las personas como San Francisco Javier las que llevaron la religión cristiana allende las fronteras, captando fieles en todas partes con un corazón destinado a ayudar a aquellos que tuvieran necesidad. Se dice que San Francisco Javier tenía el don de los idiomas, y aunque es probable que pudiera hablar en cualquier idioma, hay más posibilidades de que la universalidad de su mensaje trascendiera el propio idioma, y este fuera transmitido de corazón a corazón; después de todo, no era más que un mensaje de amor.
SAN MARTIN DE TOURS (316- 397)
Martín se alisto en el ejército imperial de Roma cuando contaba con quince años, sirvió como guardaespaldas del emperador y fue ascendido a oficial. En el transcurso de este tiempo se bautizo como cristiano, y con dieciocho años, justo antes de que comenzara una batalla, Martín dijo que su fe le prohibía luchar. Acusado de cobarde, fue encarcelado por sus superiores y como castigo, planearon ponerle en primera línea de combate, pero los invasores pidieron paz, la batalla nunca se produjo y Martín fue liberado del servicio militar.
Martín predico y evangelizo por las tierras de la Galia, donde los oriundos de la región estaban fuertemente aferrados a sus viejas creencias. Intentaron intimidarse sin éxito, vistiéndose como dioses romanos y apareciéndose ante él por la noche. Martín se reía de estos intentos y continuaban captando fieles; destruyo viejos templos y en su lugar construyo iglesias.
SAN PATRICIO (387- 461)
San Patricio de irlanda es uno de los santos más populares del mundo. Nació en Escocia, aunque fue capturado cuando tenía alrededor de catorce años y le llevaron a Irlanda en calidad de esclavo para cuidar ovejas. En aquel tiempo, Irlanda era tierra de druidas y paganos, y durante estos años, Patricio aprendió el idioma y las costumbres de los que le retenían.
Su cautiverio duro hasta que cumplió veinte años, cuando escapo tras tener un sueño en el que se le decía que viajara a la costa. En un pequeño puerto encontró algunos marineros que le llevaron devuelta a Gran Bretaña, donde se reunió con su familia y pasó muchos años estudiando en la iglesia antes de regresar a Irlanda. Patricio era un hombre humilde, piadoso y dulce. Con una confianza y un amor ciegos hacia Dios, predico a lo largo y ancho de toda Irlanda, captando miles de fieles junto con sus discípulos, y comenzaron a construir iglesias por todo el país. Los reyes, sus familias y reinos enteros se convirtieron al cristianismo.
Patricio utilizaba el trébol para explicar la Trinidad, y esta se ha asociado con él y con los irlandeses desde ese momento.
SAN FRANCISCO JAVIER (1506- 1552)
San Francisco Javier, quien había sido convencido en su juventud de que quería ser Jesuvita, se convirtió en misionero y viajo hasta Goa, en la India, donde se dice que convirtió al cristianismo a la ciudad entera. Predicaba en las calles, trabajaba con los enfermos y enseñaba su catecismo a los niños.
Luchando contra grandes dificultades entre las que figuran el problema del idioma, fondos insuficientes y falta de cooperación por parte de las autoridades europeas, San Francisco Javier dejo la marca de su entusiasmo y energía en lugares que han sido reducto cristiano durante siglos.Tuvo un gran éxito como misionero en la India, en las Indias orientales y en Japón. Se dice que incluso ceno con cazadores de cabezas, lavo las llegas de los leprosos y bautizo a diez mil personas en un solo mes. Aguanto las condiciones más terribles en sus largos viajes por mar, aun así, en cualquier sitio donde llegaba, buscaba y ayudaba a los pobres i olvidados. San Francisco Javier viajo miles de kilómetros, la mayor parte de ellos sobre sus pies descalzados, y conoció gran parte de Extremo Oriente

La historia de ciertas personas converetidas en leyendas

A lo largo de la historia se han contado relatos de ciertas persona con tanta frecuencia o con tanta pasión, que los hombres y mujeres que las protagonizaban se convertían en leyendas; las historias sobres sus hazañas transmitían ilusión y confianza. A veces, sus historias se mezclaban con mitos y leyendas más antiguos. Las historias de algunos santos desempeñan un papel especial en nuestras vidas, convirtiéndose en la piedra angular de fiestas y festivales. Como si fueran auténticos iconos, hay santos que nos protegen en tiempos de problemas o cuando hemos de enfrentarnos a lo misterioso.
San Valentín y San Nicolás son dos ejemplos conocidos de santos cuyas conmemoraciones tienen su origen en festividades antiguas; las Iglesia considero necesario mantener la festividad, pero modificando el motivo de la misma.
En los albores del desarrollo del cristianismo, a veces se daba el caso de que era imposible desarraigar de la tradición popular algunos antiguos iconos culturales; hubo historias que tomaron forma a partir de relatos antiguos, como la de San Jorge derrotando al dragón o la de San Cristóbal llevando niños a otro lado del rió, para crear nuevas figuras legendarias. Las nuevas historias se grabaron en la memoria de la gente, y los santos populares reemplazaron a héroes más antiguos.
SAN JORGE
San Jorge aparece asociado a muchas historias; la más conocida de estas es la que habla de un dragón, que vivía en un lago de Libia. Ejércitos enteros se habían enfrentado a la feroz criatura, experimentando dolorosas derrotas. El monstruo devoraba dos ovejas cada día, y cuando estas escaseaban las ovejas eran reemplazadas por doncellas. Fue entonces cuando San Jorge llego a este desdichado país.
Al escuchar la historia un día en que una princesa estaba a punto de ser pasto del dragón, se santiguo y cabalgo a luchar contra el dragón, matándole con un solo golpe de su lanza. A continuación, Jorge se dirigió a la muchedumbre con un magnifico sermón, convirtió a los aldeanos y fue ampliamente recompensado por el rey, recompensa que repartió entre los pobres antes de marcharse cabalgando.
Merced a su caballeroso comportamiento, la devoción a San Jorge se hizo extremadamente popular el Europa. En el siglo XV, su festividad era tan popular como la navidad.
SAN CRISTOBAL
Cristóbal era un hombre de grandes dimensiones, y estaba tan orgulloso de su tamaño y su fuerza que solo serviría al monarca más poderoso del mundo. Una vez se había propuesto a encontrar a ese hombre, sirvió a su rey hasta que le vio hacer la señar de la cruz al mencionar al demonio. Entonces, comenzó a servir a Satanás, creyendo que era más poderoso. Cuando vio a Satanás estremecerse ante la visión de una cruz, continuo su búsqueda y finalmente encontró a un ermitaño que le hablo de la fe cristiana. Cristóbal se negó a vivir en oración y en ayuno, pero el ermitaño le dijo que si no podía adorar, podía servir; entonces, le llevo hasta un rió y le dijo que llevara sobre los hombros a todo aquel que deseara cruzar.
Cristóbal arranco una rama para emplearla como bastón, y se dedico día y noche a llevar a todos aquellos que deseaban cruzar al otro lado. Una noche, un niño se le acerco, Cristóbal le subió sobre sus hombros y se introdujo en el rió; la aguas crecieron, el viento comenzó a rugir y el chico comenzó a volverse más y más pesado. Cuando consiguieron llegar a la orilla el niño le dijo a Cristóbal que aquel al que había llevado sobre sus hombros era el creador del mundo; Cristóbal se sumió en la oración y comenzó alabar a los cristianos, diciéndoles que su nombre era Cristóbal porque había llevado a Cristo sobre sus hombros.
SAN VALENTIN (¿?- 270)
En los albores del cristianismo, el emperador romano Claudio estableció que relacionarse con cristianos era un delito castigado con la muerte. En aquel tiempo, había un hombre llamado Valentín que vivía entregado a Cristo, y ni siquiera la amenaza de la muerte había conseguido apartarle de practicar sus creencias. A veces se dice que casaba a jóvenes parejas que se amaban, pero no contaban con su permiso de sus padres. En el año 270 Valentín fue arrestado y condenado a morir.
Durante el transcurso de las últimas semanas de su vida, un carcelero llamó a la puerta de su celda, llevando en brazos a su hija ciega, Julia, y suplico a Valentín que tratara su ceguera; Valentín le dio su palabra de que haría todo lo que estuviera en su mano. Paso mucho tiempo con Julia y la instruyo sobre Jesús, aunque fue incapaz de curar su ceguera.
En víspera de su muerte, Valentín escribió una carta de despedida para Julia, instándola a permanecer cerca de Dios. La condena a muerte se cumplió al día siguiente, 14 de febrero. Cuando Julia abrió la carta, firmada por “tu Valentín”, su ceguera desapareció de forma milagrosa.
SAN NICOLAS DE MYRA (270- 345)
Nicolás, que ejercía de Obispo en Asia Menor, era generoso con los pobres, y protegía de manera especial a los inocentes y a los que fueron tratados injustamente. Al su alrededor se crearon muchas historias antes de que se convirtiera en Santa Claus.
Cuando escucho que un hombre estaba pasando por momentos tan complicados que estaba planeando vender a sus hijas para que estas se dedicaran a ejercer la prostitución, Nicolás acudió por la noche a la casa, y lanzo por la ventana tres bolsas de oro, salvando así a las muchachas.
Otra historia cuenta que resucito a tres jóvenes que habían sido asesinados; esto le convirtió en el patrón de los niños.
Durante una travesía hacia tierra santa, se cuenta que se desato una terrible tormenta, poniendo en peligro el barco en el que el navegaba; entonces, rezo, y la tormenta amaino. Por este motivo, es también patrón de los marineros.
SANTA JUANA DE ARCO (1412- 1431)
Juana de Arco nació en el seno de una familia muy beata, perteneciente a la clase campesina francesa. A una edad muy temprana, Juana comenzó a escuchar las voces de varios santos, como San Miguel, San Catalina y San margarita.
Al principio, los mensajes no eran íntimos ni específicos, pero más tarde se convirtieron en órdenes: a Juana se le ordeno que se presentara ante la ley de Francia y le ayudara a recuperar su reino, ya que el rey ingles de aquella época estaba ayudando a los nobles franceses a derrocar al monarca.
Tras superar la oposición del clero y los cortesanos, a la niña, de diecisiete años, se le entrego una pequeña arma con la que consiguió una serie de increíbles éxitos militares. Finalmente, el rey fue coronado, con Juana de Arco sentada junto a él. Poco tiempo después fue capturada y vendida a los ingleses; los franceses no hicieron nada para salvarla, y tras meses de cautiverio fue llevada ante un tribunal ante el que se negó a retractarse de su afirmación en la que sostenía que fueron los santos de Dios los que habían ordenado que hiciera lo que hizo y fue condenada a muerte por hereje, por adultera y por practicar brujería, y fue quemada en la hoguera.

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Bará.El propósito de Roberto Fonseca Murillo es dar a conocer la reseña o símbolo de los personajes tanto de la Biblia como religiosos o lideres. Con más de cincuenta Lince para ayudarlo.

Bienvenido a Bará QUMRÁN :"La Historia es una sola que se entré tejé con la económia,cultura,creencias, política y Dios la sostiene en el hueco de su mano y tú eres uno de sus dedos" Bara es el término con el cual se designa el poder verbal de Dios para crear de la nada todas los seres tanto inertes como vivos existentes en la naturaleza.Bará solo pertenese a Dios en el vocablo Hebreo, puesto que Él es el único que tiene ese poder ex-nihilo; los seres humanos solo reecrean a partir de lo creado por Dios.


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