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Antigua Asia Menor. Ver mapa más grande

Asia Menor. Península de Asia occidental, situada entre el mar Negro y el Mediterráneo, llamada antiguamente Anatolia. Por el E su estructura alcanza hasta el Éufrates; su litoral O es vecino del archipiélago Egeo y al NO la separan de Europa los Dardanelos, el mar de Mármara y el Bósforo. Tiene 750 000 km2 y forma una vasta meseta de 600 a 1 000 m de altura con zonas montañosas al N y al S. Políticamente pertenece a Turquía.
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Welcome to Twig QUMRÁN: "! Bienvenido a QUMRÁN.Orar a Alah, Yahvé Jehová,por el respeto por las diferencias y la paz en el mundo. Por la misericordia bondad de Dios y fe..“Un gran hombre demuestra su grandeza por el modo en que trata a los que son o tienen menos que él”..¡.. "Creemos en el diálogo, paciente, verdadero, razonable: diálogo para la búsqueda de la paz, y también para evitar los abismos que dividen culturas y pueblos y que preparan graves conflictos"Asìs.Es evidente que, impresionantes números de personas mueren repetidamente cuando depositan su confianza en mentiras y mentirosos. Y casi siempre los mentirosos en el poder se encuentran en situaciones difíciles como consecuencia de su gran caso omiso de los hechos,Laura Knight-Jadczyk Somos una fuente de información con formato y estilo diferente 2010. El siervo de Cristo no lo es por propia iniciativa, sino por elección de Jesús.

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Valle De Los Reyes, Egipto

Personalidades Psicopáticas I

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  Que relación habra entre este tema y las advertencias cíblicas sobre algunos hombres dentro de las comunidades cristianas.. Ej. lea I y II Timoteo
Resumen

Philippe Pinel (1745-1826) en 1801 publica su Traité médico philosófique sur l’aliénation mentale y habla de personas que tienen todas las características de la manía pero que carecen del delirio (Pinel llamaba manía a los estados de furor persistentes y psicosis florida, distinto del concepto actual de manía(9). Decía "me admiré de ver muchos locos que en ningún tiempo presentaban lesión alguna del entendimiento, y que estaban dominados de una especie de instinto de furor, como si únicamente estuvieran dañadas sus facultades instintivas. La falta de educación o una educación mal dirigida o bien un natural perverso e indómito, puede ser la causa de esta especie de enajenación".(6)
Prichard
El historiador G. Berrios(9) discute la conceptualización de la insania moral como equivalente a nuestro concepto de psicopatía. Según este autor Prichard crea el término para referirse a trastornos del comportamiento cuya insania característica común era la ausencia de delirio. Y lo hace con una finalidad forense, para poder ubicar dentro de las insanias a enfermedades como la maníaco depresiva sin características psicóticas. Así describe como insanias morales típicas a casos "donde la tendencia hacia la melancolía y la pena es el rasgo característico. El individuo rodeado de todas las comodidades de la existencia, se trasforma en triste y abatido, sin esperanzas. Este estado de tristeza y melancolía da paso a un período de condición opuesta de excitación preternatural. En esta forma de desarreglo moral la mente genera una necesidad de autodominio con continua excitación, una inusual expresión de sentimientos fuertes. Así, una mujer modesta y discreta se trasforma en violenta y abrupta en sus maneras, locuaz, impetuosa y gritona". Queda claro que Prichard no está hablando de una personalidad psicopática.

Mientras tu hermano ha obtenido una gran victoria aquí, tu permaneces ahí (en Mari), recostado entre mujeres.
En lo que a ti se refiere ¿cuánto tiempo tendremos que seguir guiándote? ¿cuánto tiempo serás incapaz de administrar tu propia casa? ¿acaso no ves que tu hermano manda ejércitos extensos?"(14)
Morel
Morel (1857) parte de lo religioso para elaborar su teoría de la degeneración. El hombre ha sido creado siguiendo un tipo primitivo perfecto y toda desviación de ese tipo perfecto es una degeneración. La esencia del tipo primitivo y, por lo tanto, de la naturaleza humana, es la dominación de lo moral sobre lo físico. El cuerpo no es más que "el instrumento de la inteligencia". La enfermedad mental invierte esta jerarquía y convierte en bestia al humano. Una enfermedad mental no es más que la expresión sintomática de las relaciones anormales que se establecen entre la inteligencia y su instrumento enfermo, el cuerpo. La degeneración de un individuo se va trasmitiendo (y agravando) a lo largo de las generaciones hasta llegar a la decadencia (recordemos que Darwin da a conocer sus investigaciones en 1854)(10). Valentín Magnan y sus seguidores quitarán lo religioso de estas ideas y acentuarán los aspectos neurobiológicos. Estos conceptos van a afirmar la ideología de la herencia y de la predisposición en varias teorías sobre las enfermedades mentales.
Koch y Gross
En 1888, el alemán J. Koch(7) habla de inferioridades psicopáticas, pero dice inferioridades en sentido social y no moral como se entiende erróneamente3. Para Koch, entonces, las inferioridades psicopáticas eran congénitas y permanentes y las dividía en tres formas: disposición psicopática, tara psíquica congénita y degeneración psicopática. Dentro de la primera forma se encuentran los asténicos de Schneider, dentro de la tara incluye a "las almas impresionables, los sentimentalistas lacrimosos, los soñadores y fantásticos, los huraños, los apocados, los escrupulosos morales, los delicados y susceptibles, los caprichosos, los exaltados, los excéntricos, los justicieros, los reformadores del estado y del mundo, los tercos y los porfiados, los orgullosos, los indiscretos, los burlones, los vanidosos y los presumidos, los trotacalles y los noveleros, los inquietos, los malvados, los estrafalarios, los coleccionistas y los inventores, los genios fracasados y no fracasados". Todos estos estados son causados por inferioridades congénitas de la constitución cerebral, pero no son consideradas enfermedades.
Otto Gross, austríaco, opinaba que el retardo de la neurona para estabilizarse después de la descarga eléctrica determinaba diferencias en el carácter. Así en su libro "Inferioridades Psicopáticas" la recuperación neuronal rápida determinaba individuos tranquilos, y los de estabilización neuronal más lenta (es decir mayor duración de la estimulación), serían los excitables (inferioridades). Esto influyó en Jung, quién llamó introvertidos y extravertidos a estos tipos de Gross(9).
Kraepelin
Kraepelin, cuando hace la clasificación de las enfermedades mentales en 1904 (7º edición), usa el término "personalidad psicopática" para referirse, precisamente, a este tipo de personas que no son ni neuróticos, ni psicóticos, no están en el esquema de manía - depresión, pero que sí tienen un choque en cuanto a los parámetros sociales imperantes. Incluye en ellos a los criminales congénitos, la homosexualidad, los estados obsesivos, la locura impulsiva, los inconstantes, los embusteros y farsantes y los seudolitigantes.(7)
Para Kraepelin, las personalidades psicopáticas son formas frustradas de psicosis, las define siguiendo un criterio fundamentalmente genético y considera que sus defectos se limitan esencialmente a la vida afectiva y a la voluntad.(5)
Schneider
K. Schneider(7) descarta en el concepto de personalidad a la inteligencia, los instintos y sentimientos corporales y la define como al "conjunto de los sentimientos y valoraciones, de las tendencias y voliciones", limitándolos al plano psíquico.
Para K. Schneider las personalidades psicopáticas son un subconjunto de las personalidades anormales (de acuerdo con criterio estadístico, o sea que los tipos puros son pocos), con la particularidad que sufren por su anormalidad o hacen sufrir, bajo ella, a la sociedad. Pero no por ello pueden ser nominadas como patológicas, y aún "la valoración de hacer sufrir a la sociedad es relativo y subjetivo: un revolucionario es un psicópata para algunos y un héroe para otros". En consecuencia no es válido realizar un diagnóstico al modo de las enfermedades. A lo sumo se puede mostrar, subrayar, destacar en ellos propiedades que los caracterizan de manera sorprendente, sin tener con ello en nuestras manos nada comparable a los síntomas de las enfermedades. Un psicópata depresivo es, simplemente, un hombre así.
Hay un determinismo en la concepción schneideriana de psicopatía, los psicópatas "tienen que llegar, más o menos, en toda situación vital, bajo todo tipo de circunstancias, a conflictos internos o externos. El psicópata es un individuo que por sí solo, aunque no se tengan en cuenta las circunstancias sociales, es una personalidad extraña, apartada del término medio". La psicopatía no es exógena, su esencia es disposicional, innata, en el sentido de preexistente a las vivencias. No por ello deja de anotar que toda personalidad se desarrolla, y en esto tiene su parte el medio ambiente. En consecuencias las anomalías conductuales secundarias a alteraciones corporales (por ejemplo traumatismos en la corteza orbitaria anterior - investigadas entre otros por E. Welt, Kleist, Outes-Goldar, Isabel Benítez(16)-) serían pseudopsicopatías
Es decir, la psicopatía se manifiesta. Debe ser observada por los otros y esa conducta particular valorada como anómala en relación al término medio, y sufrir o hacer sufrir solamente sobre el eje de su anomalía. Esto no significa que el psicópata manifieste siempre su psicopatía, tiene oscilaciones periódicas. Kahn distingue distintos cursos, episódicos, permanentes, periódicos y desarrollos psicopáticos. Aquí podemos puntualizar que tampoco la conducta del psicópata es toda psicopática, coexisten con ellas conductas adaptadas que le permiten pasar desapercibido en muchas áreas de su desempeño social. Esta integración conductual, adaptado/psicopático, que se constata con mayor frecuencia en las anomalías sexuales (donde lo psicopático se suele manifestar en la privacidad) se hace más difícil de ver cuando lo psicopático se expresa sólo en determinadas circunstancias o sobre determinado tipo de personas. El psicópata busca su equilibrio en el otro complementario. La vivencia de no completud genera tensión, sufrimiento al decir de Schneider, y aunque encuentre las circunstancias, personas, cosas o actos complementarios que hacen bajar su nivel de tensión, siempre queda un quantum de tensión vivenciado como insatisfacción o vacío interior. Es, entonces, el complementario el que debe pagar por el ajuste incompleto. Para el psicópata su incompletud es o fue producida por otros, por lo que le parece justo que alguien o algo pague por ello.


En 1923, Schneider da un sello al problema y hace una conceptualización y clasificación de lo que es la personalidad psicopática, que continúa vigente.


Este documento cuneiforme pertenece a la correspondencia que Shamshiadad (1813-1781 a.C.), poderoso gobernante de Babilonia, le dirigía a uno de sus hijos, a cargo de un sector del reino:
"¿Eres un niño en vez de un hombre, no tienes barba en el mentón? Ni siquiera ahora que has alcanzado la madurez has fundado un hogar... ¿Quién hay que cuide tu hogar? ¿Acaso no ocurre que si un administrador no cumple sus funciones, aunque sólo sea durante dos o tres días, la administración se viene abajo? Entonces, ¿por qué no has nombrado a un hombre para ese puesto?


Tanto Pinel como Prichard luchaban contra la idea, imperante en esos tiempos, del filósofo Locke quien decía que no podía haber manía (furor, psicosis) sin delirio (es decir sin compromiso del intelecto). Por lo tanto los jueces no declaraban insano a ninguna persona que no tuviera un compromiso intelectual manifiesto (delirio). Pinel y Prichard trataban de imponer el concepto de que existían insanias sin compromiso intelectual, y sí afectivo y volitivo. Es decir que las funciones mentales (intelecto, afectividad, voluntad) se podían enfermar independientemente.
En 1835 James Cowles Prichard (1786-1861) en su obra Treatise on insanity and other disorders affecting the mind es el que habla de "Moral insanity".


En este trabajo la personalidad psicopática es definida como una variedad de individuos con necesidades especiales y recursos atípicos para satisfacerlas. Luego de la historia del concepto se describen los rasgos más frecuentes y dos escalas evaluativas de la psicopatía
Palabras clave
Psicopatía, Trastorno de la personalidad, Trastorno paranoide de la personalidad, Sociopatía
Abstract
In this work the psychopathic personality is define as a variety of individuals with special needs and unusual recourses to satisfy them. After the concept’s history we describe the most frequent characteristic and two evaluative scales of psychopathy.
Key words
Psychopathy, Personality Disorders, Paranoid Personality Disorder, Sociopathy
Las personalidades anormales
Historia del concepto

Este es un tema que preocupa desde la antigüedad porque siempre hubo personalidades anormales como parte de la población. Personas cuyo tipo de conducta llamaba fuertemente la atención y a las que no se las podían calificar de locos ni de cuerdos, estaban en un campo intermedio. Son individuos que se separan conductualmente del grueso de la población.
Pinel
(Publicado en la revista Alcmeón, Volumen 7, Nº 3, Noviembre 1998)
  De Cleckley al DSM IV
Henry Ey, en su "Tratado de psiquiatría" de 1965, incluye a las personalidades psicopáticas dentro del capítulo de las enfermedades mentales crónicas, que considera como un desequilibrio psíquico destacando en él las anomalías caracterológicas de las personas y dice que las características básicas son la antisociabilidad y su impulsividad.(5) En 1966 Robins comienza con las bases para lo que se llamó después, en el DSM, "trastornos de la personalidad"

La segunda escuela es la social (extrínseca). Ésta dice que la sociedad hace al psicópata, hace a sus propios criminales por no darles los medios educativos o económicos necesarios. Existieron dos estilos diferentes de institutos especiales: La escuela inglesa Lyman (cerrada en 1972), con un sistema disciplinario rígido, autoritario, duro, y la escuela Wiltwyck (fundada en 1937), estadounidense, en donde la idea era crear un ambiente cálido, afectuoso, propendiendo a la amistad, una "disciplina de amor" según cita Cinta Molla(3). Los psicópatas constituían el 35% de la población en ambas escuelas, y si bien Wiltwyck tuvo un marcado éxito inicial, la tasa de reincidencia en actos antisociales, una vez egresados de estas instituciones, al cabo de unos años, fue semejante.
La tercer escuela es la psicoanalista, que habla de perversiones sólo en relación con la sexualidad. Cuando el trastorno implica otras pulsiones, Freud habla de libidinización de dicha pulsión, que ha sido "pervertida" por la sexualidad. La perversión adulta aparece como la persistencia o reaparición de un componente parcial de la sexualidad. La perversión sería una regresión a una fijación anterior de la libido. Recordemos que para Freud el paso a la plena organización genital supone a) la superación del complejo de Edipo, b) la asunción del complejo de castración y c) la aceptación de la prohibición del incesto. Así la perversión llamada fetichismo va ligada a la renegación de la castración. La perversión sería el negativo de la Neurosis, que hace de la perversión la manifestación en bruto, no reprimida, de la sexualidad infantil.(8)
La postura de Schneider
10- Asténicos
Desalmado en la paz, héroe en la guerra
Hay un personaje en la novela de Arlt "Los siete locos", que se llama "el rufián melancólico". Es un profesor de matemáticas que regentea algunas chicas para hacer unos pesos. El "rufián melancólico" repite constantemente "todo, todo muy aburrido". Los estímulos comunes no alcanzan para generar en él placer o gusto por la vida. Esto es desde siempre, por eso es importante tenerlo presente para los psicópatas depresivos a los que podríamos llamar melancoloides.
El rango de humor
Mayoritariamente tenemos un rango estándar de humor, hay oscilaciones del humor de acuerdo a la circunstancia, pero es un rango, no es una línea, no es un punto. Ese rango de humor lo captamos desde pequeños, vamos cotejando y comparando, y asimilándolo, intoyectándolo. Sabemos que "el argentino" tiene un tipo de rango medio "tanguero" (quejoso, todo le viene mal y, a veces, algunas alegrías) Decimos que fulano de tal "está bien", porque lo comparamos con el rango de humor general. A lo mejor, para un zulú nuestro rango de humor es extraño. Para nosotros un napolitano puede ser un tipo escandaloso y gritón, exagerado. Para un napolitano esa es la forma de expresarse y de ser. Para nosotros un alemán es frío, tanto que uno dice "estos tipos no se divierten nunca, ¿cómo hacen alemanitos?". Sin embargo cada cultura tiene su rango de humor. Las distintas circunstancias de la vida nos elevan, o nos bajan (una pena, un duelo nos baja). Pero, dentro del grupo, culturalmente "es comprensible lo que le pasa". "Estando yo en su lugar, reaccionaría de la misma manera". Y eso ¿por qué? Porque tenemos incorporado ese patrón y ese rango de humor.
Amargado

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Rango de humor: oscilaciones normales en raya gruesa, hay un "promedio" representado por la línea recta del medio, y las oscilaciones de humor del depresivo en la curva punteada, por debajo de la línea promedio.

Ser anormal no es sinónimo de ser malo. Ser psicópata en general, no quiere decir ser mala persona, sino ser distinto.
El antisocial es otra cosa, pero el psicópata desde el punto de vista de Schneider, es el que sufre o hace sufrir y nada más, nadie dice que sea un delincuente o un mal tipo. El mismo Schneider trata de sacarle el disvalor social que lleva impreso el término psicópata. Existen psicópatas que a su vez son antisociales, pero no necesariamente deben ser antisociales todos los psicópatas.
Especialmente en este caso los psicópatas depresivos suelen tener un excelente desempeño en el área del trabajo, son meticulosos, muy responsables, cuidadosos, puntuales y, por supuesto, rígidos. Ellos toman el trabajo como lo único que los entretiene y que los hace sentir útiles. Se quejan siempre, pero jamás faltan al trabajo y son muy responsables, son socialmente útiles. Lo dice Schneider y nosotros, que ya tenemos algunos años en esto, lo hemos comprobado. Siempre protestando, rumiando amarguras y cada cosa negativa que ocurre, él confirma su tesis inicial "esta es una vida de mierda".


El psicópata depresivo está por debajo de este rango de humor "normal", es "mala onda", pesimista, cara de pocos amigos, anhedónico, quejoso, nada le viene bien. Si se le presenta un plan, "que te parece si hacemos tal cosa", nos contesta "no, si eso va a fracasar." No hay una finalidad y todo va a salir mal.
Un conocido mío a cualquier proyecto siempre le encontraba "la quinta pata del gato". Y cuando el proyecto fracasaba, él venía y decía "te dije, te dije que te iba a ir mal"; y claro, había un 50% de posibilidades de acertar. Viven cavilando sobre lo negativo, la falta de pureza, lo corrupto, lo vacío del pasado y lo angustiante del futuro. Falta en ellos la confianza ingenua, la chispa del optimismo, esa fantasía de éxito que nos hace encarar un proyecto.
Todo lo toman en serio, falta la alegría espontánea. Un paciente me decía: "¿doctor, de qué se ríe la gente? Los veo en mi trabajo que repiten el chiste de un programa televisivo, todos se ríen, pero yo no le encuentro la gracia".


Siguiendo a Darwin se podría especular sobre un por qué del psicópata. Tal vez estas personas sean un reaseguro de la especie, del grupo. Ante una emergencia alguien debe responder con características no habituales para hacer frente a la situación totalmente anómala, imprevista o extraña. Así, en un caso de guerra, aquel que es tildado de desalmado, cruel e insensible es el héroe. Es aquel que va al frente, que asume riesgos que el grueso no, se arriesga, y lleva adelante acciones que la mayoría no se animaría a realizar, es el comando de un grupo de guerra. O sea, esa potencialidad es totalmente desfavorable en tiempo de paz, y puede llevar a esta persona a desarrollar conductas muy agresiva a su entorno, (delincuencia, criminalidad, etcétera); en situaciones anómalas se ajusta perfectamente a los requisitos de emergencia que tienen que desarrollar. Los psicópatas serían parte de la reserva del grupo en caso de emergencia, pero que en estados normales son absolutamente chocantes para la sociedad.
Aquellas personalidades anormales pueden tener cierta adaptación a la sociedad, como el caso del psicópata insensible que puede convertirse en un arrojado policía, un buen militar, un torturador, un gobernante, un talentoso deportista. La anticipación del peligro, el miedo, no los inhibe para la acción. Y son, en consecuencia, refractarios al condicionamiento adversivo.
Empiezan a manifestar su psicopatía desde la adolescencia y no se van a modificar después. El psicópata no aprende de ciertas experiencias y menos aún de la argumentación. Hay rasgos psicopáticos que se observan desde la infancia, crueldades sobre los animales o los otros niños, desprecio por las jerarquías escolares, aberraciones de conducta, que suelen ser "amortiguadas" por los docentes y familiares so pretexto de "problemas emocionales" o "travesuras".
El psicópata depresivo
Es un pesimista anhedónico, (que no disfruta del placer), quejoso y que no encuentra un sentido, un para qué de valor a la vida. Es una persona que se aburre. Al no encontrar una finalidad, un para qué de su vida, se aburre, no tiene una meta, un objetivo a seguir.


Para Schneider el psicópata no es un enfermo; el psicópata es un anormal. Esto, teniendo en cuenta que el criterio a emplear para decir que algo es anormal, es el criterio estadístico. Entonces dice "si nosotros tenemos distribuida la población según la curva de Gauss, anormales son aquellos que están en los extremos. El grueso de la población ubicado en el centro sigue los parámetros conductuales comunes, los del extremo no".
Es importante retener este concepto porque lo que está diciendo Schneider es que no son frecuentes. Es más, son pocos y están en los extremos de la curva. Hay marginales, desde el punto de vista estadístico, que no son psicópatas.
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Según lo expuesto anteriormente, Schneider se pregunta ¿de qué manera se valora a un psicópata? Como respuesta dice que " son aquellos anormales que sufren o hacen sufrir por su anomalía".
Considera que no interviene, en esto, la inteligencia.
Recuerden que hay dos formas de valorar la normalidad, según el criterio estadístico (la frecuencia de un item en la población) y según el criterio normativo (es normal lo que se ajusta a un modelo ideal, una persona debe ser comprensiva, cariñosa, honesta, etcétera). Considerando los parámetros y la norma puedo decir que si el individuo A cumple la mayoría de estas normativas es "normal", y si no, no lo es. Schneider dijo que eso era tan subjetivo y tan poco fiable para hacer un trabajo serio, que él decidió no fijarse en lo que debería ser una persona, sino en lo que es.
Si ustedes observan el gráfico, se desprende que Schneider tiene un pensamiento constitucionalista, no por azar estas personas son marginales.


Sintetizando, hay controversias entre las escuelas. Todas, de alguna forma, apuntan a tres conceptos básicos. La primera posición (intrínseca) corresponde a la escuela constitucionalista y es que el psicópata deviene de una constitución especial, viene genéticamente determinado, y, en consecuencia, poco se puede hacer.


En 1941, el americano H. Cleckley, escribe un libro llamado "La máscara de la salud" y se refiere a este tipo de personas. En 1964 da las características más frecuentes de lo que hoy llamamos psicópata.
En 1961, Karpman dice "dentro de los psicópatas hay dos grandes grupos, están los depredadores y los parásitos" (haciendo la analogía biológica). "Los depredadores toman las cosas por la fuerza y los parásitos a través de la astucia y de la pasividad"

Dentro de las psicopatías, Schneider diferenció distintos tipos, a saber:
1- Hipertímicos
2- Depresivos
3- Inseguros de sí mismos
4- Fanáticos
5- Necesitados de estimación
6- Lábiles del estado de ánimo
7- Explosivos
8- Desalmados
9- Abúlicos
  La depresión en el normal y en el psicópata melancoloide

¿Dónde está la utilidad clínica de este concepto? Estos psicópatas melancoloides también pueden tener fases depresivas al igual que el "normal".

¿Qué pasa cuando un "normal" entra en una fase depresiva? La persona está dentro de su rango de humor, tiene la fase depresiva y con nuestros esfuerzos y, por supuesto, gracias a la naturaleza, después de 6-8 meses se reincorpora a su rango de humor anterior a la fase. Entonces se dice que tiene una restitución ad integrum. La experiencia indica que esto no es tan así, pero lo discutiremos en otro artículo.
¿Qué pasa con el psicópata melancoloide cuando tiene una fase depresiva? El psicópata depresivo parte de su estado de humor, hace la fase y nosotros lo vemos cuando está muy depresivo, que es cuando lo traen los familiares o viene él; tiene las mismas características que cualquier otra depresión mayor (angustia, ideas suicidas, etcétera).
¿Qué ocurre? Si nosotros desconocemos las características de esta personalidad, cuando vuelva a su rango de humor, para nosotros todavía está deprimido, porque sigue pesimista, anhedónico, quejoso, sin finalidad, aburrido. Para nosotros este hombre no salió de la fase, sigue depresivo, mejoró algunas características de la depresión (suicidio, etcétera), pero continúa depresivo. ¿Por qué? Porque siempre vamos a tender a llevarlo al rango de "humor normal", cosa que no va a ocurrir jamás. Entonces uno debe trabajar con estos psicópatas depresivos teniendo en cuenta que lo melancoloide es su manera de ser. ¿Cómo lo sabemos eso? ¿Cómo lo captamos? A través de los familiares. En una buena anamnesis los familiares dicen "mire doctor, él siempre fue así"; es una manera de ser.
Para evitar la frustración que representa intentar llevarlo vanamente al rango de humor normal, deben tener en cuenta estos con ceptos: recuperarse en la mayoría de las enfermedades psiquiátricas es, simplemente, llegar al nivel de rendimiento estándar del individuo anterior al episodio, a eso tenemos que apuntar, no al rendimiento idealizado al que debería llegar cualquier ser humano, de acuerdo a nuestro criterio de lo que es estar bien. Es simplemente recuperar el estado de salud anterior y, en el caso de este psicópata, es seguir siendo un melancoloide.

16 criterios de Cleckey, de 1941

Inexistencia de alucinaciones o de otras manifestaciones de pensamiento irracional.
Ausencia de nerviosismo o de manifestaciones neuróticas.
Encanto externo y notable inteligencia.
Egocentrismo patológico e incapacidad de amar.
Gran pobreza de reacciones afectivas básicas.
Vida sexual impersonal, trivial y poco integrada.
Falta de sentimientos de culpa y de vergüenza.
Indigno de confianza.
Mentiras e insinceridad.
Pérdida específica de la intuición.
Incapacidad para seguir cualquier plan de vida.
Conducta antisocial sin aparente remordimiento.
Amenazas de suicidio raramente cumplidas.
Razonamiento insuficiente o falta de capacidad para aprender la experiencia vivida.
Irresponsabilidad en las relaciones interpersonales.
Comportamiento fantástico y poco regulable en el consumo de alcohol y drogas.
Cleckey
H. Cleckley, en su libro "La máscara de la salud", dice que un psicópata es el que tiene estas características conductuales :
Tipificación de algunos rasgos
Un rasgo no determina la etiqueta de psicópata, deben reunirse un conjunto de ellos, de lo contrario pensaríamos que estamos rodeados de psicópatas. Los rasgos deben, además, ser persistentes y no ocasionales. No deben ser egodistónicos sino que pertenecen a la manera de ser de la persona. La intensidad y calidad del mismo debe ser evaluada a través de la conducta y del efecto en su entorno.
El psicópata en su accionar no es visiblemente 100% psicópata. No tiene una característica física que lo distinga, como buscaba Lombroso. Es uno como nosotros. Puede estar tomando apunte o dar una clase, ser un compañero de trabajo, un líder social. Sólo cuando actúa ‘psicopáticamente’ se lo puede reconocer. Tampoco son todos brillantes y exitosos, los hay errabundos y marginales; otros se manifiestan en un ámbito tan privado (perversiones) que, excepto para el complementario, es una persona común. Estamos de acuerdo con la creencia de que son pocos, algunas estadísticas señalan un 3% de los varones (1.050.000 accionando o en crecimiento, para nuestro país) y 1% de las mujeres (350.000).
A continuación describimos los rasgos típicos que se encuentra en la literatura sobre el tema y algunos comentarios propios sobre los mismos.
Encanto superficial
No todos los psicópatas son encantadores, los hay anodinos, amargados, hoscos y algunos francamente repulsivos, otros inspiran temor. El grupo de los que utilizan el encanto corresponde más a los explotadores (estafadores, vividores, parásitos) que lo usan como un medio de captación. (véase manipulación)
Egocentrismo (véase Otto Kernberg)Demuestra menor reacción afectiva.
Algunos autores dicen que hay menor demostración de ansiedad y gran tolerancia a la angustia en ciertas situaciones penosas para el grueso de la población. Pero (aclaran), funcionan a veces como ollas a presión, toleran una gran cantidad de angustia y después por hechos banales, fuera ya de la circunstancia de crisis, la descargan impulsivamente. A veces el psicópata, en situaciones extremas, conserva la calma, toma decisiones, acciona, se ajusta a las circunstancias y puede salir bien. Contaba una vez un profesor, por ejemplo, (hablando sobre las personalidades de acción) que un comisario entra a su departamento y se encuentra con un delincuente que le apunta con un arma. El policía, sin perder la calma, lo mira fijamente, lo paraliza, saca el revólver y le pega un tiro. Eran dos personalidades de acción (según el criterio de D. Liberman), pero una era más fuerte que la otra. Simplemente se limitó a mirarlo, luego lo mató. Si lo comparamos con un normal que entra a su casa y ve a un tipo con un revólver, la reacción puede ser muy distinta, tal vez pida por su vida, se arrastre por el suelo, "¿qué querés?", "llevate todo". Este no.
Vida sexual impersonal.
Esto significa que no hay un compromiso afectivo, no hay una resonancia afectiva con algunas parejas. Esto no quiere decir que el psicópata sea técnicamente un mal amante. Es más, muchos psicópatas son excelentes amantes desde el punto de vista técnico y utilizan esa habilidad para manejar a su pareja. El psicópata es aquel que puede copular con una anciana, de esas que uno mira y dice "no, con esa viejecita yo jamás, ni por un millón de dólares", y sin embargo el psicópata es capaz de ejercer su técnica con cualquiera. Un paciente joven, me decía "me fui a Brasil y como no tenía plata para estar allá, iba a una calle muy conocida en Río de Janeiro donde paraban los taxi boys, me relacionaba con los homosexuales y les cobraba por el servicio". Al preguntarle si no se sentía menoscabado en su sexualidad, por comercializar con homosexuales, él contestaba tranquilamente que ése era el instrumento y la forma que tenía para seguir en Brasil. A eso se refiere lo que dice vida sexual impersonal. Pueden ser grandes actores en el terreno afectivo y sexual. Por eso muchas mujeres caen en manos de sujetos que las usan económicamente (y para muchas mujeres psicópatas ese es su medio de subsistir).
Amenaza de suicidio
Como parte de la manipulación.
Razonamiento insuficiente
Es necesario aclarar algo, por un lado decimos que son inteligentes y por otro lado que tienen razonamientos insuficientes. Muchas palabras me va a ahorrar el caso del emperador del Norte, con su pavada de andar en el Salón Oval haciendo razonamientos insuficientes. Es muy simpático, muy agradable, muy inteligente, pero a veces tiene estos razonamientos insuficientes. Creo que es mejor conceptualizar esto como que el razonamiento es insuficiente para frenar ciertas apetencias.
No aprenden de la experiencia.
El psicópata aprende y mucho de la experiencia. Eso le sirve para manipular a los otros y conseguir sus metas. Alguien que no aprende de la experiencia queda siempre en el mismo lugar, anulado. No aprende lo que no quiere aprender, lo que va en contramano de sus principios y de sus necesidades. La repetición de un accionar calificado como erróneo desde el común responde a satisfacer necesidades profundas, incomprensibles para el que no esté en la piel del psicópata.
Incapacidad de amar
Creo que el psicópata ama, pero de manera distinta, o a cosas diferentes. Hay afectos del psicópata que son profundos, pero en las cosas que a él le interesan. Díganme si no han conocido a un fanático ¿ese afecto es superficial? Ese apego intenso hacia ciertas cosas, que a veces no son humanas o ni siquiera vivientes, un auto por ejemplo. Para lo que él considera de valor, la afectividad es intensa, como cualquier otra persona. Pero puede mantener contactos utilitarios, de ahí viene el tema de superficialidad afectiva mal descripta. Son contactos afectivos utilitarios, para conseguir algo. Aquí tenemos otra forma de la mentira que es la actuación. Actuar es mentir con el cuerpo. El psicópata puede actuar afectivamente en el sentido de hacer entrar al otro en el circuito psicopático a través de los afectos. Una vez utilizada la persona, se la deja a un costado. La persona dejada a un costado dice que el psicópata tiene una afectividad superficial, que no tiene capacidad de amar. Y es así, pero con ella.
Mentiras
El psicópata suele mentir, pero hay que distinguir la mentira banal de la mentira psicopática. El psicópata utiliza la mentira como una herramienta de trabajo más, está tan acostumbrado a mentir que es difícil captar cuando miente; son los que mienten mirando a los ojos y con una actitud relajada. No es que el psicópata mienta circunstancialmente y ocasional o esporádicamente para conseguir desligarse de alguna situación común o estándar. Sabe que está mintiendo, pero no le importa, no tiene la resonancia o displacer que uno siente cuando miente. Yo no lo llamaría mentira patológica. Nosotros le damos mucha importancia a las palabras y si estamos frente a un mentiroso ¿cuál es el valor de esas palabras? ¿Cuál es el grado de verdad de esas palabras? Tiende a cero. Si utilizamos la sobrevaloración de las palabras, caemos fácilmente en el circuito psicopático. Por eso no sirven las escalas de autoevaluación, ni el interrogatorio o la anamnesis. El psicópata dice lo que conviene decir o lo que se espera que conteste. El valor de lo que dice el psicópata debe ser colocado entre paréntesis. Si ustedes quieren evaluar al psicópata, lo importante es lo que hace. Evaluamos al psicópata a través de la conducta, de la acción. El psicópata puede mentir con la palabra o con el cuerpo cuando actúa o simula, y adapta la actuación a la persona que quiere captar. Así me contaba una madre que su hijo de 15 años le pedía las cosas con lágrimas en los ojos para enternecerla, y al padre, que se desesperaba por conseguir el afecto del hijo, lo manejaba con enojos y haciéndose el ofendido.
Comportamiento fantaseoso.
Los mitómanos priorizan las fantasías sobre algunas circunstancias reales.
El mitómano trata de adaptar activamente la realidad a su imaginación, a su personaje del momento, de acuerdo a la circunstancia. El mitómano es un fabulador que actúa su fábula y su mentira activamente en la sociedad. Puede convertirse en el personaje que su imaginación creó y hacerlo actuar en el medio real, generando en todos la sensación de que están frente a un personaje verdadero. Está el famoso caso de aquel mitómano que se hizo pasar por el hijo del Presidente de la Organización de Estados Americanos (OEA), Pérez de Cuellar. En una de nuestras provincias fue agasajado por toda la sociedad y tratado durante bastante tiempo como un personaje de alcurnia, hasta que finalmente, la madre, que era una mujer de Buenos Aires, encontró a su hijo y ahí se pudo revelar la verdad. Era simplemente una persona que no estaba relacionada para nada con Pérez de Cuellar.
El patrón de conducta que sigue el mitómano es establecido por su imaginación, no por la realidad y suelen mudar de personaje, no está siempre en el mismo personaje.
Droga, alcohol
Algunos necesitan de la sobre estimulación o el aturdimiento. Un paciente de 16 años me contaba que mezclaba distintas drogas como cocaína, marihuana y fármacos, no para sentir placer o estímulos, sino para aturdirse, para estar "como entre nubes".
Se manifiesta en la adolescencia
Estas personas empiezan a manifestar su psicopatía desde la adolescencia. Como otros autores hemos observados que algunas características psicopáticas se manifiestan desde la infancia. Así recordamos el caso de un niño de dos años que estrellaba a sus gatos contra las paredes, logrando matar a uno de ellos. O bien el caso de una niña de siete años que borraba y volvía a escribir las notas de su libreta de calificaciones.
Necesidades distintas, códigos propios
Las acciones que realiza son, desde el punto de vista del psicópata, totalmente ajustadas a su escala de valores, a su criterio, por eso es que no tienen culpa. Si han tenido la oportunidad de estar con psicópatas, saben que si se les dice que hicieron algo mal, que hay cosas que no deben hacerse, les van a contestar "¿Y quién dice lo que está bien hecho y lo que está mal hecho? ¿qué es lo normal?".
Tienen una forma particular de valoración. El psicópata tiene una escala de valoración que no coincide, a veces, con la escala de valoración general. No porque el psicópata desconozca la valoración general, es decir las leyes, no es un negado cognitivo, sino que antepone su escala de valores con respecto a la de los demás. Tal vez porque tiene necesidades distintas es que valora de diferente manera. ¿Cómo entender sino la apetencia desmesurada de poder, las rarezas en la sexualidad, la crueldad en el delito, la masacre innecesaria en el homicidio? ¿Y qué, si no es una necesidad, hace repetir el mismo accionar?
Inteligencia
En su mayoría son inteligentes.
El costo del objetivo
Tienen un objetivo y lo tratan de conseguir. El costo no es importante, lo importante es lograrlo pagando la menor factura.
Cosificación
La cosificación del otro, es quitarles los atributos que hacen a las personas semejantes a uno.
Así como para sacar un clavo, utilizamos una tenaza y una vez utilizada, la tiramos en el cajón de herramientas, así hace el psicópata con las personas, las usa y cuando no le sirven las deposita en el cajón de herramientas ya usadas. Hace una cosificación de la persona.
Es decir, si yo cosifico al otro, el otro no es igual a mí. Es algo inferior, neutro, a usar. Fíjense que este concepto de cosificar, en el sentido exacto del término, se puede implementar como ideología. Si se les da un arma y les ordenan matar a uno de sus compañeros, no lo van a poder matar, "él es mi compañero, está en mi aula, es una persona como yo".
Sólo se pueden matar "cosas"
Ahora, si se los adoctrina de que ese compañero es un asqueroso y repugnante terrorista, una basura que hay que destruir porque es un peligro para nuestras familias y a nuestra patria, este hombre al cabo de cierto entrenamiento, puede tomar un revólver y matar o torturar. ¿Por qué? Porque ya dejó de ser un igual, pasó a ser una cosa peligrosa. Se puede matar a una cosa, pero a una persona no.
La cosificación del otro está en forma innata en los psicópatas y como ideología en muchos los sistemas políticos.
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Situación límite: El asaltante apunta con la pistola martillada en el cuello del rehén cosificado como escudo y atadas sus manos con alambre. Obsérvese el aumento de la base de sustentación del delincuente, las cejas levantadas y ojos abiertos que denotan máxima alerta; la postura obligada y de indefensión del rehén que tiene los párpados edematizados por las heridas. La actitud arriesgada del policía, sólo protegido por los centímetros de la columna en donde se apoya, está respondiendo más a pautas de adoctrinamiento que al instinto de supervivencia; véase la postura de la mano derecha, abierta y palmas arriba, de apoyo al discurso persuasivo y la pistola al cinto, no visible en ese ángulo por el delincuete, quién momentos después se entregó. Tres vidas penden de este complejísimo juego psicológico de decodificaciones donde la mínima interpretación errónea es mortal. (Tapa del diario Clarín, 6/11/98, foto: Pablo Bianchi, www.clarin.com.ar)

Persona versus cosa
Esa es la disyuntiva que se presenta en un hombre que abre la puerta de su casa y siente detrás de él a alguien que le dice "quedate quieto y entrá, o te mato". En ese momento la víctima no puede dimensionar en toda su magnitud que el que está detrás lo va a matar, lastimar o hacer un daño tremendo dentro de su casa. Entonces se enfrentan, por un lado alguien que tiene un claro objetivo y que está haciendo su trabajo (el delincuente), porque ese es su trabajo y eso que está frente a él (la víctima) es un estorbo, una cosa. Fíjense las distintas psicologías, el psicópata está haciendo su trabajo, y para él la cosa (la víctima) es un obstáculo que si molesta lo mata sin problema. Y, por otro lado, la persona que se siente agredida (la víctima), que mira atrás y ve a otra persona armada (el delincuente). Hay una distancia psicológica impresionante, que se da en el grueso de la población. Muy pocos son los agredidos que van armados, y menos aún los que usan las armas para enfrentarse al delincuente. Son muy pocos los que reaccionan así, tal vez otro como ellos. Pero generalmente esta distancia psicológica es determinante, y el delincuente lo sabe.
Manipulación y coerción
La cosificación permite explicar varias de las acciones de los psicópatas. Vemos que son egocéntricos, manipuladores, utilizan a los demás para conseguir sus propios objetivos.
Sólo se puede manipular a alguien si primero se lo ha seducido, si se lo ha captado. Nadie puede manipular a alguien que no se deje manipular. Nadie puede hacerle hacer algo que el otro no quiera hacer. Aquí tendríamos que hacer una división virtual en cuanto a lo que uno lógicamente quiere hacer y lo que irracionalmente desea hacer. Desde el punto de vista de la lógica del individuo, de los parámetros de las cosas que se deben hacer, uno dice "yo no quería", "me vi obligado a hacer tal cosa". Pero desde el punto de vista irracional, tal vez no sea así. Aquí esta una de las cosas nucleares de la psicopatía con relación a los otros. Yo creo que el psicópata apunta a esto, puede o tiene la facilidad de captar aquellas necesidades irracionales de los otros. En el caso de un "estafado", en realidad está trabajando con la ambición del otro, porque le ofrece una "pichincha", una cosa que en situaciones normales sería muy difícil de adquirir. O sea, el psicópata trabaja sobre esa parte de la ambición del otro y después, evidentemente, lo engaña. Recuerdo el caso de un viajante que vendía en las provincias máquinas registradoras a un precio muy por debajo del real (hecho que era muy comprobable para el comprador); pero al panadero le vendía una máquina específica para el almacenero y viceversa. Al tiempo el comprador lo llamaba desesperado porque la registradora no le servía y él, muy amablemente y como un favor se la cambiaba "por otro modelo" a un precio mucho más alto.
En la manipulación hay un grado de libertad del manipulado que se somete a esto, es distinto de la coerción, que es cuando se utiliza la fuerza o un mecanismo de fuerza en un sentido físico o psicológico para que el otro direccione hacia un objetivo. Aquí se usa el temor en todo su gradiente.
¿Cuándo un psicópata es beneficioso para el grupo?
Un psicópata es de utilidad general, siempre y cuando, los intereses generales coincidan con sus objetivos. Ahí se ve, desde afuera, al psicópata generoso, altruista, sacrificado. Y, sin embargo, él está siguiendo, como siempre, exclusivamente sus objetivos. Lo que ocurre es que coincide el interés general con el interés particular del psicópata. Cuando ese interés general deja de coincidir, el psicópata comienza a hacer de las suyas.
Captar las necesidades del otro
Este tipo de personalidad tiene como rara habilidad captar las necesidades del otro. Esta capacidad determina otro rasgo importante, que es la seducción, llevando así a los demás a entrar en un circuito psicopático. El psicópata les demuestra que le son necesarios, pero que él le es mucho más necesario a ustedes. Entonces se da un circuito entre el psicópata y la otra persona. Se establece un circuito mutuo para suplir las necesidades. Este concepto lo desarrollaremos en las conclusiones al referirnos a la comunicación que establece el psicópata con los patrones irracionales de su víctima.
Si agregamos a esto que son inteligentes y manipuladores, nos damos cuenta de que es muy difícil resistirse a ellos. Relacionarse con un psicópata es un viaje de ida con retorno complejo.
No toleran el fracaso y menos aún la frustración
Llamamos fracaso al hecho de intentar una acción, llevarla adelante y obtener un resultado desfavorable. Hablamos de frustración cuando nos topamos con un obstáculo tan difícil que no podemos ni siquiera intentar la acción para conseguir el objetivo. El fracaso (intentar hacer algo y que salga mal) genera bronca, rabia y culpa por no haber previsto las consecuencias de la acción, pero deja siempre una enseñanza "Si yo lo hubiera hecho de tal y cual manera, hubiera salido bien". En cambio la frustración (no poder llevar adelante la acción) genera sensación de impotencia.
Cuando fracasamos nos ponemos a revisar los pasos que llevaron a ese resultado desfavorable. De eso uno aprende, se siente culpable de los errores.
Defensa aloplástica
¿Qué pasa con el psicópata? El psicópata no hace ese razonamiento. El psicópata hace lo que se llama la defensa aloplástica. "Me hicieron fracasar", sitúa la responsabilidad en los otros. No puede hacer el insigh de decir "Yo fui responsable por tal y tal motivo". Todos ustedes conocen a psicópatas que son "inocentes de todo". Cuando no pueden salir adelante dicen que la responsabilidad es del país, que en Estados Unidos sería diferente, podrían progresar, etcétera.
Hacen defensa aloplástica, no se sienten responsables.
La culpa
Para sentir culpa uno debe sentirse responsable de la acción, debe sentir que ha fallado. Cuando se evalua que son los otros, el medio o las circunstancias que lo han hecho fallar, entonces no hay culpa.
¿Por qué un psicópata no tiene culpa?
A: Porque considera al otro como una cosa y no como una persona.
A: Tiene distinta escala de valores.
M: ¿Por qué tiene distinta escala de valores? ¿De donde viene? ¿Lo trajeron de Estambul? ¿Cómo puede ser que tenga otra escala de valores si nació con nosotros, jugó al fútbol con nosotros, estaba en nuestra escuela y se conocían nuestros padres?
A: lo que pasa es que el egocéntrico está más atento a su propia necesidad y no a la del grupo.
M: Hay muchos que son así y son los egoístas. Se justifican, pero ellos saben que han cometido algo vergonzoso. No por eso son psicópatas. Recuerden que los psicópatas son pocos. No confundan la psicopatía con los egoístas, con los neuróticos, con los ambiciosos, que son otras variedades dentro de la especie. ¿Por qué no tienen culpa los psicópatas? Los valores morales vienen de afuera y el individuo los introyecta. El individuo está inmerso en esos valores. ¿Por qué un individuo cumple una norma?
A: Para evitar el castigo, por empezar.
M: Usted está hablando de que se es bueno a la fuerza, usted está en contra de Sócrates, en contra de Rousseau (El hombre nace bueno y la sociedad lo hace malo). Se cumple una norma porque se cree que en el fondo de la norma hay algo bueno para todos, para el grupo. No hay recompensa suficiente que pueda hacer que uno cumpla una norma, que la siga lealmente, dignamente, sabiendo que va hacia el mal. Uno cumple la norma porque cree, en el fondo, que esta norma es para el bien común.
Uno cumple una norma porque responde a un bien común, y es lo dado. Como la sociedad es un resguardo del individuo, entonces se da la retroalimentación, yo cumplo la normativa y la sociedad me protege a mí, a mis hijos, etcétera.
Porque cumplir las normas corresponde a lo que se llama el bien común. Cuando el individuo comete un acto que es transgresor, siente culpa. ¿Por qué? Porque él transgrede la ley o la norma, pero pasando a través de la norma, porque la tiene introyectada. Sabe interiormente que lo que está por hacer es malo y le genera ese displacer interno llamado culpa. Y no solamente lo sabe, sino que lo siente. No solamente sabe la letra, sino también tiene introyectada la melodía, la música de la norma. Uno atraviesa la norma, la transgrede, pero como resultado obtiene la culpa. Sabe y siente que está haciendo algo mal.
El psicópata, como no tiene introyectada la norma, la bordea. Para él la norma es un obstáculo, es una piedra a saltar. No la tiene introyectada. Conoce la letra pero no tiene la música, no tiene la melodía, el sentimiento, no la siente. Rodea la norma como un obstáculo. Conoce la norma, porque cognitivamente no es un abandonado de Dios, pero no conoce el sentimiento, no le da importancia al bien común, tal vez no crea que exista el bien común.
Por eso la típica respuesta cuando se le dice "¿Por qué hiciste esto, si no es bueno, no es normal, no está bien?". Entonces él contesta "¿quién dice que no es normal? ¿Qué, dos o tres viejos (como decía un paciente mío) se juntaron para decir, esto es malo y esto es bueno?". Uno, que lo tiene introyectado ni se lo pregunta. La mayoría de nosotros ni se lo plantea. Lo toma como un acto "casi religioso", un acto de fe, sin razonamiento, sin hacer análisis. Las cosas son así y punto. Uno no tiene que hacer esto, no tiene que hacer lo otro, ya se sabe que hay qué hacer y qué no. No hace falta andar explicitando y analizando en cada momento, en cada acción, si es buena o mala.
A: En realidad, ésta búsqueda del bien común tiene fundamentalmente mayor peso en lo moral.
M: La moral es la forma explícita y simplista de hablar de esto, que es mucho más profundo, una cosa más implícita. Está introyectada y es algo que se vivencia muy de adentro.
A: Una persona altruista ¿ puede estar encubriendo un egocentrismo psicopático secreto?
M: el altruista es aquel que, manifiestamente, tiende a accionar en pro de la comunidad o de los otros. Ahora, la motivación que lo lleva a eso puede ser muy amplia. Tal vez el altruista sea una persona buena. Está esa posibilidad también. No pensemos que detrás del altruista hay una sublimación en el sentido de Nietzsche. "Cuidado con los altruistas y con los caritativos que se están lavando a sí mismos", decía Nietzsche, en Genealogía de la moral. Pero existen los altruistas que son buenos, es decir, también tenemos que creer que existen los buenos. Es cierto que de acuerdo a nuestra experiencia los buenos parecen pocos.
De esa manera, si no tiene internalizado los valores, ahí sí se entiende dos cosas:
¿Por qué no existe el sentimiento de culpa, de vergüenza? Vergüenza es la manifestación social de la culpa o del ridículo. La culpa es de uno con uno mismo, en cambio la vergüenza es la manifestación social de la culpa. ¿Por qué no aprende ni con argumentación, ni con ciertas experiencias? Porque para él lo que está haciendo está bien. Es egosintónico con su accionar. Si se entiende esto es fácil entender lo demás. Para él, lo que está haciendo es correcto de acuerdo a su valoración de las cosas, es correcto para su propio código. Entonces, si es correcto y sale mal, el responsable no es él, sino que son los otros. Es la defensa aloplástica. Y es así que el psicópata vuelve a intentarlo otra vez.
Bumke decía que el psicópata vuelve a realizar los actos como en "fotografía". Parecen calcados. Uno, que ha tenido la suerte, como profesional, de trabajar con estos pocos seres, observa que una y otra vez come ten los mismos "errores" y de la misma manera, prácticamente, con distintos objetos (llámese objetos a las personas que están alrededor de ellos). Varían los objetos, pero el accionar, el patrón de acción es el mismo. De ahí que los yanquis, que son muchos, más de 200 millones, y entonces los psicópatas son más, buscan el patrón de conducta de un asocial. Buscan a sus famosos asesinos seriales siguiendo su patrón de conducta, sabiendo que repiten siempre los mismos pasos en su accionar, como decía Bumke.
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Diario Clarín, 25/10/98
El autocastigo psicopático
El psicópata se castiga fuertemente, con mayor dureza y crudeza con que lo harían las personas si lo juzgaran a él. ¿Cuándo ocurre eso? ¿Cuándo un psicópata toma medidas más extremas que las que la propia sociedad adoptaría?
El psicópata se castiga y de forma también psicopática, cuando se da cuenta que viola sus propios valores, cuando quebró sus propios valores, sus normas de conducta, entonces se autocastiga, y a veces con muchísima crueldad, a través de castigos muy severos. Esto lo van a ver si trabajan con psicópatas, que hacen muchas barrabasadas con respecto a los demás, pero se sienten al margen de la culpa. Y de pronto hacen, para ustedes, una pavada, una tontería y se castigan con saña. Y es porque esa tontería quebró sus propias normas. Es el caso de algunos suicidios raros, por ejemplo. O sea, existe un mecanismo de autocastigo muy fuerte en el psicópata. Pero,se castiga rara vez, y siguiendo su lógica.
Desde el psicoanálisis: Otto Kernberg
Otto Kernberg,(4) enfatiza en que hay que diferenciar lo que es la conducta antisocial de la estructura de personalidad antisocial y que es muy importante diferenciar la conducta antisocial de la criminalidad. La criminalidad es un concepto legal, la conducta antisocial es un concepto clínico psiquiátrico y critica al DSM III, porque la definición de la personalidad antisocial lo realiza en términos de conducta criminal.
Con respecto a la sinonimia, Kernberg dice que el término tradicional para el tema que estamos tratando, era de persona psicopática. Luego fue reacción antisocial y el término contemporáneo es personalidad antisocial.
Para este autor, la personalidad antisocial tiene una estructura de personalidad de tipo narcisística. Kernberg dice que los fundamentos de esta personalidad son: autorreferencia excesiva, grandiosidad, tendencia a superioridad exhibicionista, dependencia excesiva de admiración por parte de otros, superficialidad emocional, crisis de inseguridad que alternan con la grandiosidad usual. Luego, dentro de las relaciones de objeto (con los otros), sería intensa envidia consciente e inconscientemente, mecanismos contra la envidia, especialmente tendencia de explotación, incapacidad de depender de otros, falta de empatía con nosotros, falta de compromiso interno en otras relaciones. Luego habla de las formas leves de patología del SuperYo, dentro de las estructuras narcisísticas: la incapacidad de experimentar depresión, la tendencia a tener grandes cambios de ánimo, una tendencia a estar regido por vergüenza en vez de culpa, el hecho de hacer actos antisociales. En este sentido, el temor a que lo pillen determina ser honrado y no un sentimiento de una moral interna. El sistema adolesce de valor ético adulto, o sea que, para Kernberg, los valores son infantiles.
La persona narcisística quiere ser admirada, porque es la más rica, la que tiene más objetos, porque es la más bonita, la mejor vestida, un contraste por querer ser estimada por los valores más adultos.
Y con respecto a la patología del Super Yo grave, que para Kermbeg constituye el síndrome del narcisismo maligno, las características son: conducta antisocial, agresión egosintónica dirigida contra otros en forma de sadismo o dirigida contra sí mismo en forma de tendencias automutiladoras o suicidas, sin depresión y una orientación paranoidea.
En la estructura antisocial propiamente dicha, tenemos conducta antisocial desde la infancia (mentir, robar, falsificar cheques, prostituirse, asalto, robo, asesinato, robo armado), hay una ausencia auténtica de capacidad de sentimiento de culpa y de remordimiento. Esto es importante, porque el psicópata puede presumir de remordimientos y una vez que lo han agarrado (no antes), puede aparentar culpas y pueden realmente sentirse arrepentidos o demostrar estar arrepentidas, simplemente para conseguir una atenuación de la pena.
La otra característica es total incapacidad de una relación afectuosa con otros. Hay relaciones de tipo parasitarias. El paciente, por ejemplo, dice el Dr. Kernberg, puede tener una excelente relación con su tía, resulta que la tía es la que le da dinero todo el tiempo, es la única persona con quien se cuida de mantener una buena relación.
Otra característica es la incapacidad de sufrir duelos auténticos, con tristeza y melancolía, y en lugar de ello surge rabia e impotencia por haber sido derrotados o descubiertos.
Estos pacientes son incapaces de enamorarse o de mantener una relación de amor como parte de sus relaciones sexuales. Las relaciones sexuales están desprovistas de todo tipo de ternura.

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