EL EUNUCO ETIOPE PROFUNDAMENTE RELIGIOSO.
El Eunuco Etiope de quien San Lucas nos deja una bella semblanza en el Libro de los Hechos, capitulo 26, es, sin lugar a dudas, un símbolo de muy importantes personajes de lo tiempos modernos.
Probaremos esta afirmación con el siguiente bosquejo.
· El Etiope disfrutaba de un puesto eminente. Era gobernador de Candace, reina de los etiopes (Hech 8.27).
· Hombre de reconocida honorabilidad. La reina Candace lo había colocado como administrador de sus tesoros (Hech 8.27).
· Hombre profundamente religioso: “Había venido a Jerusalén para adorar”. (Hech 8.27).
· Lector apasionado de los buenos libros: “Volvía sentado en su carro leyendo al profeta Isaías”. (Hech 8.28).
· Hombre lleno de humildad. Cuesta trabajo creer que un funcionario, administrador de tesoros reales, invitase a un humilde aventurero para que fuese su maestro. Pero así paso: (Hech. 8.31-40).
· A pesar de tantas cosas a su favor, este hombre no conocía a Jesucristo “Te ruego me digas” (Hech 8.34).
· Alguien afirmo que el eunuco tenia un buen propósito: adorar; un buen libro: La profecía de Isaías y un excelente compañero de viaje: Felipe.
Todo esto ayudo grandemente para que el ilustre personaje llegara los pies del Señor, se bautizara y siguiera su camino feliz.
El Eunuco Etiope de quien San Lucas nos deja una bella semblanza en el Libro de los Hechos, capitulo 26, es, sin lugar a dudas, un símbolo de muy importantes personajes de lo tiempos modernos.
Probaremos esta afirmación con el siguiente bosquejo.
· El Etiope disfrutaba de un puesto eminente. Era gobernador de Candace, reina de los etiopes (Hech 8.27).
· Hombre de reconocida honorabilidad. La reina Candace lo había colocado como administrador de sus tesoros (Hech 8.27).
· Hombre profundamente religioso: “Había venido a Jerusalén para adorar”. (Hech 8.27).
· Lector apasionado de los buenos libros: “Volvía sentado en su carro leyendo al profeta Isaías”. (Hech 8.28).
· Hombre lleno de humildad. Cuesta trabajo creer que un funcionario, administrador de tesoros reales, invitase a un humilde aventurero para que fuese su maestro. Pero así paso: (Hech. 8.31-40).
· A pesar de tantas cosas a su favor, este hombre no conocía a Jesucristo “Te ruego me digas” (Hech 8.34).
· Alguien afirmo que el eunuco tenia un buen propósito: adorar; un buen libro: La profecía de Isaías y un excelente compañero de viaje: Felipe.
Todo esto ayudo grandemente para que el ilustre personaje llegara los pies del Señor, se bautizara y siguiera su camino feliz.
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