ESTEBAN EL HOMBRE LLENO DE FE.
Esteban plenitud del Espíritu Santo, sabio. Además era hombre lleno de fe, gracia, poder, dones extraordinarios que llamaban la atención del público, conocedor de la historia de su pueblo, sereno, sin odios. Todo esto se puede ver en los capítulos 6 y 7 del Libro de los Hechos. La forma como Esteban perdió la vida física es elocuente y vale la pena trascribirla, lo cual hacemos a continuación: “Oyendo estas cosas, se enfurecían los enemigos en sus corazones, crujían los dientes contra él. Pero Esteban lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra del Padre y dijo. He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que esta a la diestra de Dios. Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra el. Y echándoles fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven llamado Saulo. Y apedrearon a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. Y puesto de rodillas, clamo a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió (Hech7.54-60.
Todo indica que Esteban, primer mártir cristiano, fue un diacono extraordinario. Algunos opinan que las maravillas que hacia en medio del pueblo eran nada menos que multiplicación del pan con el fin de dar a comer a los necesitados, tal como lo hizo Jesús durante su vida. Pero el acto más importante de su vida se realizo a la hora de su muerte. Para mi tango la vision de los cielos abiertos y la oración por sus enemigos, mientras doblaba en tierra sus rodillas, fueron los primeros mensajes que penetraron en el alma de Saulo de Tarso. Allí se inicio el proceso de la conversión de esa gran figura de la iglesia.
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