ZAQUEO TAMBIEN HIJO DE ABRAHAN
He aquí la historia de un hombre “pequeño de estatura”, pero de elevado pensamiento, amplio corazón y admirables anhelos de superación económica, moral, social y espiritual: Nos referimos a Zaqueo, el publicano de Jericó.
He aquí la historia de un hombre “pequeño de estatura”, pero de elevado pensamiento, amplio corazón y admirables anhelos de superación económica, moral, social y espiritual: Nos referimos a Zaqueo, el publicano de Jericó.
El titánico empeño de su cerebro, unido al esfuerzo de sus Brazos, hizo de Zaqueo un hombre rico, y un jefe de publicanos (Lc. 19.2), lo cual indica haber llegado a las cimas del desarrollo económico y social. La amplitud de su corazón es clara cuando, puesto en pie en presencia de Jesús, dijo: He aquí, señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo con el cuarto tanto”. (Lc. 19.8).
Zaqueo estaba convencido que ese capital que tenia en sus manos había llegado debido a su inteligencia, su trabajo, pero también a la cooperación de los obreros a quienes quizás había pagado mal. Por eso su anhelo de entregar a ellos lo que a ellos correspondía: “A Dios lo de Dios a cesar lo de cesar”. ¿Cuántos ricos que se dicen cristianos estarán imitando a Zaqueo el hombre “pequeño de estatura”, pero de gran altura moral? He aquí un asunto que requiere honda meditación.
Y Zaqueo vio a Jesús, platico con él, lo recibió en su casa, le rindió un homenaje, puso la mitad de sus bienes en las manos del Señor a fin de socorrer al necesitado. Debido a este interesante hecho, Cristo dijo: Hoy ha llegado la salvación a esta casa; por cuanto el también es hijo de Abrahán” (Lc. 19.9).
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