FELIPE EL DIACONO OBEDIENTE A LA VOLUNTAD.
Nos referimos a Felipe el diácono, no al apóstol del mismo nombre (Hech. 6.1-7).
Felipe cumplía fielmente con la misión que se le había confiado: atender a las necesidades de los pobres. Un dia llego la persecución. Esteban murió apedreado. Felipe logro escapar con vida. Se refugio en Samaria donde siguió predicando el evangelio. (Hech. 8.5-8).
Un dia el Señor le dijo: “Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto” (Hech 8.26. el relato de este viaje de Felipe por caminos desolados ocupa casi todo él capitulo ocho del Libro de los Hechos. Al leerlo nos damos cuenta de las múltiples cualidades que adornaban el alma del notable diacono evangelista.
· Era un hombre entregado de todo corazón al evangelismo personal. Al salir de Jerusalén se estableció en Samaria, donde hizo efectivo su testimonio (Hech 8.5-8). Al viajar por el camino que descendía de Jerusalén a Gaza, se hallo con un ilustre gobernante etiope, le hablo del evangelio, arranco de sus labios una sincera confesión de fe en Cristo, y le bautizo. Mas tarde Felipe realizo notable campañas de evangelismo en diversas ciudades hasta llegar a Cesarea. Felipe instruyó a sus hijos para que diesen testimonio de Cristo. Felipe tenía cuatro hijas que profetizaban.
· Demostraba su fe mediante la obeiencia, casi irracional a la voluntad de Dios. Si yo hubiera estado en Samaria en lugar de Felipe, al oír la orden para dejar la ciudad y encaminarme al desierto (Hech 8.26) seguro que habría protestado. ¿Por qué? Dejar una ciudad bulliciosa para irme a un desierto? Sin embargo Felipe obedeció. Y el Señor le dio una gran sorpresa: sentarse en el coche de un rico personaje, viajar con él, hablarle del evangelio, bautizarlo.
· Conocía su Biblia casi a la perfección: Subió al carro y comenzó con la profecía de Isaías, le hablo del Señor Jesús (Hech 8.32-35). El sistema utilizado por Felipe también fue empleado por Cristo cuando acompañaba a los dos caminantes que iban a Meaux (Luc 24). Para dar un mensaje así, “a lo largo de la Escritura” se necesita un amplio conocimiento de la Palabra de Dios”.
· Era un hombre que no gustaba hacer las cosas a medias como se dice. Era un tanto atrevido. Vio al gobernante, y sin miedo le echó en cara su ignorancia: “¿Entiendes lo que lees?”. Al darse cuenta que el viajero no conocía el evangelio, le hablo del señor, arranco de sus labios una confesión de fe, y lo bautizo. Todo esto indica que Felipe realizo en forma muy completa su labor misionera.
· Además se mostró como personaje sin interés material alguno. Quizás Felipe murió pobre mientras su “hijo espiritual” gozaba de comodidades palaciegas. El evangelista podría haberse trasladado a Etiopía y gozar allí de una cómoda posición, al amparo de su hijo en la fe. Pero no lo hizo. Su deber estaba en la predicación del evangelio. Por esta razón se encamino a Cesarea, sin dejar de predicar el evangelio a lo largo del camino.
Nos referimos a Felipe el diácono, no al apóstol del mismo nombre (Hech. 6.1-7).
Felipe cumplía fielmente con la misión que se le había confiado: atender a las necesidades de los pobres. Un dia llego la persecución. Esteban murió apedreado. Felipe logro escapar con vida. Se refugio en Samaria donde siguió predicando el evangelio. (Hech. 8.5-8).
Un dia el Señor le dijo: “Levántate y ve hacia el sur, por el camino que desciende de Jerusalén a Gaza, el cual es desierto” (Hech 8.26. el relato de este viaje de Felipe por caminos desolados ocupa casi todo él capitulo ocho del Libro de los Hechos. Al leerlo nos damos cuenta de las múltiples cualidades que adornaban el alma del notable diacono evangelista.
· Era un hombre entregado de todo corazón al evangelismo personal. Al salir de Jerusalén se estableció en Samaria, donde hizo efectivo su testimonio (Hech 8.5-8). Al viajar por el camino que descendía de Jerusalén a Gaza, se hallo con un ilustre gobernante etiope, le hablo del evangelio, arranco de sus labios una sincera confesión de fe en Cristo, y le bautizo. Mas tarde Felipe realizo notable campañas de evangelismo en diversas ciudades hasta llegar a Cesarea. Felipe instruyó a sus hijos para que diesen testimonio de Cristo. Felipe tenía cuatro hijas que profetizaban.
· Demostraba su fe mediante la obeiencia, casi irracional a la voluntad de Dios. Si yo hubiera estado en Samaria en lugar de Felipe, al oír la orden para dejar la ciudad y encaminarme al desierto (Hech 8.26) seguro que habría protestado. ¿Por qué? Dejar una ciudad bulliciosa para irme a un desierto? Sin embargo Felipe obedeció. Y el Señor le dio una gran sorpresa: sentarse en el coche de un rico personaje, viajar con él, hablarle del evangelio, bautizarlo.
· Conocía su Biblia casi a la perfección: Subió al carro y comenzó con la profecía de Isaías, le hablo del Señor Jesús (Hech 8.32-35). El sistema utilizado por Felipe también fue empleado por Cristo cuando acompañaba a los dos caminantes que iban a Meaux (Luc 24). Para dar un mensaje así, “a lo largo de la Escritura” se necesita un amplio conocimiento de la Palabra de Dios”.
· Era un hombre que no gustaba hacer las cosas a medias como se dice. Era un tanto atrevido. Vio al gobernante, y sin miedo le echó en cara su ignorancia: “¿Entiendes lo que lees?”. Al darse cuenta que el viajero no conocía el evangelio, le hablo del señor, arranco de sus labios una confesión de fe, y lo bautizo. Todo esto indica que Felipe realizo en forma muy completa su labor misionera.
· Además se mostró como personaje sin interés material alguno. Quizás Felipe murió pobre mientras su “hijo espiritual” gozaba de comodidades palaciegas. El evangelista podría haberse trasladado a Etiopía y gozar allí de una cómoda posición, al amparo de su hijo en la fe. Pero no lo hizo. Su deber estaba en la predicación del evangelio. Por esta razón se encamino a Cesarea, sin dejar de predicar el evangelio a lo largo del camino.
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