SANTIAGO MUESTRA LA VERDADERA CRISTIANDAD.
Santiago era un hombre profundamente religioso, austero y legalista. Renán afirma que en las rodillas del apóstol se formaron gruesos callos debido a que permanecía hincado largas horas ante Dios, en oración.
Casi enseguida trata el tema de la caridad, lo que para Santiago implica, en primer lugar: no hacer acepción de personas. A manera de ejemplo veamos unas de sus frases “Que vuestra fe en nuestro Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: siéntate tu aquí en primer lugar; y decios al pobre: estate tu allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado; ¿No hacéis distinciones entre vosotros mismo...?
También se falta a la caridad, con el mal uso de lengua. Cuando nos dedicamos hablar mal del prójimo causándole con esto indecibles dolores.
Falta a la caridad entregándose al libertinaje, por lo cual Santiago conseja: “Pecadores, limpiad las manos, y vosotros los de doble animo, purificad vuestros corazones” (Sant. 4.8) en el mismo capitulo combate los pecados mas frecuentes dentro de la humanidad, a sber: las guerras (4.1), la codicia y la envidia (2.2), la murmuración (4.11), él dejar de hacer el bien (4.17), el desprecio a Dios y a todo lo que a él pertenece (4.4-8, etc.
Santiago era un hombre profundamente religioso, austero y legalista. Renán afirma que en las rodillas del apóstol se formaron gruesos callos debido a que permanecía hincado largas horas ante Dios, en oración.
Casi enseguida trata el tema de la caridad, lo que para Santiago implica, en primer lugar: no hacer acepción de personas. A manera de ejemplo veamos unas de sus frases “Que vuestra fe en nuestro Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: siéntate tu aquí en primer lugar; y decios al pobre: estate tu allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado; ¿No hacéis distinciones entre vosotros mismo...?
También se falta a la caridad, con el mal uso de lengua. Cuando nos dedicamos hablar mal del prójimo causándole con esto indecibles dolores.
Falta a la caridad entregándose al libertinaje, por lo cual Santiago conseja: “Pecadores, limpiad las manos, y vosotros los de doble animo, purificad vuestros corazones” (Sant. 4.8) en el mismo capitulo combate los pecados mas frecuentes dentro de la humanidad, a sber: las guerras (4.1), la codicia y la envidia (2.2), la murmuración (4.11), él dejar de hacer el bien (4.17), el desprecio a Dios y a todo lo que a él pertenece (4.4-8, etc.
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