LUCAS EL MEDICO AMADO.
Lucas “él medico amado”, es para mí la figura más importante de este notable grupo de misioneros. Medico excelente, consagrado investigador, dilecto escritor, profesional compasivo, maestro de intelectuales, todos estos dones los puso Lucas en manos de su maestro y Señor para salir a predicar su evangelio y a servir a las multitudes necesitadas en todos los lugares que tuvieron la honra de sentir las pisadas de tan esclarecido siervo de Dios.
La frase “medico amado”, aplicada por Pablo a su compañero de viajes, revela que Lucas poseía el difícil don de la amistad, de la compasión, del cariño, de la ternura, de la simpatía hacia todo tipo de persona, cualidades estas que contribuyeron a formar en Lucas un misionero ejemplar: un misionero porque esta fue, si se nos perdona la expresión un tanto mercantilista, la profesión central en el alma de este notable siervo de Dios. Las palabras medico y misionero indican que Lucas se preocupaba por el hombre total cuerpo y alma y no solo por los problemas espirituales, preocupación primordial de muchos predicadores modernos.
Lucas “él medico amado”, es para mí la figura más importante de este notable grupo de misioneros. Medico excelente, consagrado investigador, dilecto escritor, profesional compasivo, maestro de intelectuales, todos estos dones los puso Lucas en manos de su maestro y Señor para salir a predicar su evangelio y a servir a las multitudes necesitadas en todos los lugares que tuvieron la honra de sentir las pisadas de tan esclarecido siervo de Dios.
La frase “medico amado”, aplicada por Pablo a su compañero de viajes, revela que Lucas poseía el difícil don de la amistad, de la compasión, del cariño, de la ternura, de la simpatía hacia todo tipo de persona, cualidades estas que contribuyeron a formar en Lucas un misionero ejemplar: un misionero porque esta fue, si se nos perdona la expresión un tanto mercantilista, la profesión central en el alma de este notable siervo de Dios. Las palabras medico y misionero indican que Lucas se preocupaba por el hombre total cuerpo y alma y no solo por los problemas espirituales, preocupación primordial de muchos predicadores modernos.
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