Cuatro veces en
Sefora era una mujer trabajadora, esposa de Moisés, conocida por su futuro esposo mientras apacentaba los rebaños de su padre, Rut, la moabita fue escogida como esposa de Booz mientras ella recogía espigas de trigo en pos de los segadores; la mujer ideal del capitulo 31 de los proverbios; Martha de Betania, tan dedicada a las labores del Hogar; princesa esposa de Alquila, fabricante de tiendas, Lidia famosa por sus buenas obras y por los vestidos que hacia.
Dios había llamado a Moisés para que fuese a Egipto a dar libertad al pueblo. Moisés obedeció acompañado de su esposa e hijos se encamino al país del Nilo para dar principio a sus labores de liberación. Dios lo detuvo en el camino y quiso castigarlo por el hecho de que uno de los niños no había sido circuncidado. Moisés reconoció la falta y lo dijo a su esposa, pero ella, enfurecida, tomo un afilado pedernal y corto el prepucio de su hijo y lanzándolo a los pies de su esposo dijo: “A la verdad tu me eres un esposo de sangre”. Parece que aquí la pelea subió a tales alturas que hubo separación. Moisés se fue a Egipto, mientras su mujer y los niños regresaron a casa de Jetro.
Jetro, el suegro visito a Moisés al pie de Sinaí salió para entregarle la esposa e hijos y para darle consejos de padre cariñoso.
Parece que la mujer de Moisés carecía de belleza física, tampoco era un gigante espiritual ni una mujer inteligente. Era una mujer de carne y hueso sencilla, trabajadora, amable a veces, otras un poco enojona, como todas... ¿Qué podemos hacer? Todo indica que Moisés fue hombre desafortunado en el amor.
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