ABISAG SE ENAMORO DE UNA CAUSA

ABISAG SE ENAMORO DE UNA CAUSA

Abisag ultima esposa de David (1R.1.1-4). Allí nació y vivió una dama rica en cuyo hogar el profeta Eliseo hallo descanso, después de penosas tareas (2 R. 4.8-11). Se cree que en Sunen nació la hermosa sunamita, esposa de Salomón y personaje central del cantar de los cantares (Cnt. 7.11.

Abisag, la joven hermosa, virgen, enamorada de un anciano. Abisag se enamoro de una causa moribunda. No entendemos como una joven puso el sol de su radiante juventud en las sarmentosas manos de un anciano; la espléndida rosa de su belleza, ante unos ojos incapaces de admirarla, el ardor de sus años juveniles en el seno de un hombre helado por los años. Abisag merecía el amor de un joven de su edad: romántico y hermoso, como ella.

Abisag debe ser un ejemplo para las mujeres del presente. Ella quería ser madre sí, pero no-madre de un hombre del “montón”, sino de un príncipe. Por esa causa su amor por el rey. Toda mujer debe aspirar a echar bases firmes y dignas a su maternidad. Eso esperaba Abisag. No lo consiguió, es cierto pero le quedo la satisfacción de haberse guardado digna, pura y fiel, en espera de que llegara a sus brazos un hijo del rey.

Abisag consagro su juventud, su castidad, su belleza, sus ternuras, toda su personalidad al servicio de un anciano, triste y sin esperanza. Si no obtuvo de el un hijo, por lo menos dedico lo mejor de sus años, como una madre, para ser el consuelo de un desvalido.