JUDA UN HOMBRE BONDADOSO
Judá el cuarto hijo de Jacob y Lea nació en Mesopotámia, hoy Irak quizás en Bagdad, la moderna capital.
Al nacer Rubén, Simeón y Levi, hermanos mayores de Judá, Lea creía haber ganado una victoria en las lides del amor. Pero al nacer Judá parece que Lea se olvido del esposo y dijo “Esta vez alabare a Jehová”. Quizás decepcionada en la lucha por conseguir entregando a Dios la solución de este agudo problema familiar. Sin embargo de una unión así fría nació Judá un hombre bondadoso. El nombre de Judá es expresión de fuerza y de grandeza.
Juda fue grande en el campo de batalla, sin embargo, lo extraordinario de su vida esta en la grandeza de carácter, en la bondad de su corazón. Judá gustaba compartir con sus hermanos las grandes oportunidades de la vida. Así como sus descendientes sabias compartir con familiares y amigos sus luchas y sus victorias. Era un ser sumamente amigable y familiar.
El amor hacia sus hermanos nació muy temprano en el alma de Judá. Cuando José cayó prisionero en manos de sus hermanos, parece que Judá se opuso a tan vergonzoso hecho. Guardo silencio medito un poco y por fin dijo: “Que provecho hay de que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte” venid y vendámosle a os ismaelitas y no sea nuestra mano sobre él por que él es nuestro hermano, nuestra propia carne” así Judá el bondadoso Judá venció a sus hermanos salvo la vida de José y con ello hizo un enorme beneficio a la historia del pueblo de Israel.
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