¡Sólo una ramera salió con vida de la destrucción de Jericó ciudad de Canaán! Al respeto dice la Biblia: “Josué salvo la vida de Rahab la ramera, y a la casa de su padre y a todo lo que ella tenia; y habito ella entre los israelitas hasta hoy, por cuanto escondió a los mensajeros que Josué había enviado a reconocer a Jericó”.
Rahab había hundido su existencia en las más bajas simas del vicio (la prostitución); De allí, mediante la fe, subió a cimas de tanta grandeza como es el caso de “habitar entre los israelitas hasta hoy”, y lo que es mas: ser contada entre la lista genealógica del Señor Jesús. Nunca en persona alguna distinta a Rahab se ha cumplido tanto la doctrina expresada por Pablo en los siguientes términos: “... cuando el pecado abundo sobreabundo la gracia”.
Rahab, quien a mas de ser prostituta traiciono a su pueblo y mintió dando informes falsos al rey de su país. Decimos que traiciono a su patria porque ayudo al invasor. Y dijo mentira porque sabiendo quienes eran sus visitantes dijo “no supe de donde eran”. Pero en medio de tanto horror, tenia una gran cualidad: había escuchado los mensajes de Dios mediante el Mar Rojo y había resuelto unirse al pueblo de Dios.
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